Ecuador no clasificó a las semifinales de la Copa América y Estados Unidos evidenció que la Tri es un equipo vulnerable en defensa y débil en ataque.
Los tropiezos en el fútbol obligan a procesar las derrotas para crecer y consolidar un proyecto.
La Tri llegó a cuartos de final luego de 19 años y el logro fue reconfortante. Sin embargo, el equipo fracasó en su intento de llegar entre los mejores cuatro. No es posible que jugadores de la categoría de Antonio Valencia terminen, reiteradamente, confundidos por situaciones desfavorables.
La Copa nos regresó a la realidad. El DT Gustavo Quinteros está obligado a trabajar en las vulnerabilidades del equipo y desechar innecesarias polémicas. No es cuestión de enojarse con quienes lo critican. Tampoco es correcto señalar subjetivamente porcentajes de los conocimientos futbolísticos de los periodistas. Esa alta gama de conocimientos que ostenta debe aplicarlos para mejorar a la Tri para enfrentar el resto de las eliminatorias.
Las derrotas hay que procesarlas con autocrítica, caso contrario la soberbia es la ruta directa al fracaso.