El Gran Premio de Fórmula 1 de Bahréin camina hacia su segunda cancelación consecutiva después de los últimos disturbios sociales en la capital, Manama, y la negativa de varias escuderías a participar en la cuarta carrera del año.
El dueño de los derechos comerciales de la Fórmula 1, el británico Bernie Ecclestone, dijo hoy que no puede forzar a los equipos a participar en el Gran Premio, según publican medios británicos. “Si los equipos no quieren ir allí, no les podemos obligar”, señaló Ecclestone al diario británico “The Times”.
El magnate había asegurado en varias ocasiones que la cancelación de la prueba no se contemplaba, pero el recrudecimiento de los disturbios ha reavivado el debate. Algunas escuderías instaron a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) a que cancele la carrera, prevista para el 22 de abril, debido a las protestas sociales que hay en el país del Golfo Pérsico, aseguraron el lunes algunos medios. Según reportes de prensa, siete policías resultaron heridos el lunes por una bomba en las cercanías de Manama.
Ecclestone tendrá que llegar a un acuerdo con el gobierno de Bahréin y con la FIA para tomar una decisión sobre la celebración o no del cuarto Gran Premio de la temporada.
Inmediatamente después de la celebración del Gran Premio de China este fin de semana está previsto que los pilotos viajen a Bahréin, donde los disturbios han aumentado en las últimas semanas. “Estamos viviendo un nuevo recrudecimiento de los altercados con resultados de muerte”, aseguró el activista Joe Stork, de Human Rights Watch, a la emisora británica BBC.
Activistas de derechos humanos, políticos y algunos miembros de los equipos optan por anular el Gran Premio por motivos políticos, los mismos que forzaron la cancelación de la carrera en 2011. “Si soy completamente honesto, la carrera sólo puede transcurrir sin incidentes si estamos protegidos militarmente. Sería inaceptable”, citó el diario británico “The Guardian” a un jefe de escudería que mantuvo el anonimato.
Miles de personas salieron a la calle para protestar contra las reformas en las anteriores semanas y se produjeron graves enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. La FIA aseguró que está observando con atención la situación y que mantiene contacto diario con las autoridades locales para garantizar la seguridad en la carrera. “Altas autoridades en Bahréin nos aseguraron que está todo bajo control”, aclaró un portavoz de la FIA.
El británico John Yates, que trabaja como consejero de seguridad de Bahréin, dijo que “no existe nada que justifique un aplazamiento de la carrera”. Pero las escuderías no creen en este análisis.
Al parecer, algunos equipos postergaron las reservas de sus vuelos a Bahréin hasta después del Gran Premio de China, donde se esperan reuniones entre el presidente de la FIA, Jean Todt, Ecclestone y representantes de escuderías. Ecclestone no quiere cancelar por segundo año consecutivo el Gran Premio de Bahréin. “Estaremos ahí si quieren que estemos”, indicó el británico.
Al parecer, Ecclestone habría recibido 30 millones de euros (unos 40 millones de dólares) por llevar el Gran Premio al Golfo Pérsico. Anteriormente, un grupo de protestas advirtió a Ecclestone, a través de una carta, que boicotearían la carrera. Activistas de los derechos humanos acusan a la Fórmula 1 de apoyar a una dictadura.
En 2011, la carrera de Sakhir ya fue cancelada por las revueltas sangrientas. El movimiento de protesta y varios expertos en la región acusan ahora al gobierno de Bahréin de no haber aplicado las reformas prometidas entonces. Sin embargo, el alemán Michael Schumacher, siete veces campeón de mundo, está “relajado ante la idea de ir allí”. “Estoy seguro de que es un acontecimiento importante para el país y que todos quieren que salga bien”, añadió.
Tanto Mercedes, equipo de Schumacher, como Ferrari o McLaren encuentran la región muy interesante para el mercado de ventas, por lo que no se mostrarán proclives a cancelar el Gran Premio. “Ahora ha nacido la época de la paz”, señaló el jeque Abdullah bin Isa al-Khalifa, jefe de la Federación de Automovilismo de Bahréin y miembro del Consejo Mundial de la FIA. “Mi mensaje sobre la Fórmula 1 es que nos ayudará a unir al país”.