Si alguna vez se preguntó por qué a la F1 se le denomina la máxima categoría del automovilismo, aquí tiene algunas respuestas.
Se trata de una modalidad que nació como laboratorio de pruebas de los más avanzados desarrollos en materia de soluciones aerodinámicas y técnicas. Aunque esto último se ha limitado en los recientes años en procura de la reducción de costos para los equipos, sigue siendo un deporte en el que la innovación técnica y tecnológica marca la diferencia entre la victoria y la derrota.
Por eso se requieren los mejores pilotos del mundo para sacar el mayor provecho de esos recursos. Además de velocidad, implica un juego de estrategias que pone a prueba el trabajo intelectual de cada piloto y su escudería, así como su preparación física.