Los rejoneadores Andy Cartagena y Diego Ventura cortaron dos orejas cada uno y salieron a hombros del festejo ecuestre con el que se inauguró la feria de la Magdalena de Castellón.
Se lidiaron toros de Los Espartales, correctamente presentados, reglamentariamente despuntados y, en general, poco colaboradores. Andy Cartagena, silencio y dos orejas. Diego Ventura, silencio y dos orejas. Manuel Manzanares, que sustituía a Leonardo Hernández, silencio y oreja. La plaza tuvo dos tercios de entrada.
No empezó bien la tarde para Cartagena, que vio cómo su primero buscó enseguida el refugio de las tablas, negándose en redondo en colaborar. Esfuerzo baldío del jinete de Benidorm. P ero pudo redimirse Cartagena en el cuarto, toro en el límite de las fuerzas pero al que, a base de mucho de temple, fue haciendo poco a poco.
C onectó mucho Cartagena montando a Pericalvo, caballo con el que hace esos balanceos en los ‘cites’ que gustan, y mucho, y con el que brilló en banderillas. También lo bordó en un par a dos manos sobre Juncal y en un vibrante epílogo con Cubano. Cortó dos orejas tras un fulminante rejón.
Ventura vio silenciada su primera labor tras marrar en la suerte suprema. El toro apenas colaboró, pero Ventura jugó sus bazas gracias, sobre todo, a su espectacular cuadra. Lo mejor, un par a dos manos con Remate. Pero en el quinto Ventura formó un auténtico lío, destacando sobremanera con Nazarí, con el que protagonizó unos vibrantes galopes a dos pistas llevando imantado a escasos centímetros de la grupa al de Los Espartales. Faena siempre a más, con un soberbio tercio de banderillas sobre Milagros y coronada con el espectáculo de los mordiscos de Morante, algo que siempre enciende. Manuel Manzanares se quedó a las puertas del triunfo. Tras una faena voluntariosa, consiguió cortar una oreja del sexto.