Con la salida a hombros de los matadores David Mora y Martín Campuzano, que cortaron dos orejas cada uno, se saldó la primera corrida de las dos que componen la Feria de Ambato en la que el rejoneador Sebastián Peñaherrera dio una vuelta al redondel. Sin suerte Javier Castaño pechó con el peor lote.
Con tres cuartos de entrada en los tendidos y en tarde con lluvia se lidiaron seis toros de Vistahermosa, manejables, destacando el lote de Mora y uno de Mirafuente, de buena condición, bravo y noble, para rejones, que abrió plaza.
Sebastián Peñaherrera fue aplaudido después de una buena labor de temple y entrega, dejó lucidas farpas en cuarteos y al violín, colocó banderillas cortas y hasta tres rosas y perdió los trofeos al tardar en doblar el toro. Vuelta al ruedo.
Javier Castaño a su primero lo saludó con verónicas a pies juntos y tras un magnífico tercio de banderillas a cargo de David Adalid y ‘El Patatas’, el torero castellano estuvo dispuesto pero al toro le faltó fuerza y remataba muletazos con la cara alta. Castaño destacó en las series de pases circulares. Dos pinchazos y estocada entera y leve petición de oreja.
El segundo de Castaño fue complicado, reservón y con malas ideas y el torero le plantó cara con una buena labor de valor y profesionalismo. Mató de media estocada recibiendo y una tendida.
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David Mora que, igual que quienes le antecedieron la lidia, dio un florido saludo de capa con medias primorosas y un galleo aplaudido para llevar al toro al caballo. Tras un buen puyazo de Carlos Granizo el quite por gaoneras fue excepcional. Después un gran tercio de banderillas a cargo de San Martín y López, el inicio de faena fue entonado con enjundiosos ayudados por alto. La faena de temple y buen gusto se desarrolló con calidad por el pitón derecho en buenas series, tras el remate por manoletinas sobrevino una estocada que derribó a la res sin puntilla. Cortó dos orejas y dio la vuelta al redondel. Al toro lo premiaron con vuelta en el arrastre.
La faena al segundo del lote del madrileño fue llena de sorpresa y clase tanto en los lances a la verónica y delantales y el quite lucido. Buen inicio de temple y torería fue el preámbulo de una faena que aprovechó la noble embestida del toro que, aunque se quería rajar, se prestó para el lucimiento que otra vez se mostró con mejor empaque y torería en el toreo por el pitón derecho. Ante una petición de indulto el diestro se pasó de faena y la estocada quedó caída, dos golpes de descabello que se llevaron las orejas.
El ecuatoriano Martín Campuzano ratificó el gran momento que atraviesa. Recibió a su primero a pies juntos de capote, y supo meter en la muleta a un reservón ejemplar con base a buen concepto y entrega y consiguió una buena faena de largos derechazos y adornos vibrantes. Con una media estocada fue suficiente y con una oreja en sus manos Campuzano dio la vuelta al anillo.
Martín saludó con verónicas de capa al segundo.
Tras un gran tercio de banderillas Milton Calahorrano saludó desde el tercio. El quiteño construyó otra faena inteligente con disposición y muletazos de mérito entre el entusiasmo del público y como se atracó de toro para dejar una gran estocada contraria, que fue fulminante, cortó su segunda oreja para salir a hombros de la plaza junto a David Mora.