Ferrari anunció nuevos cambios técnicos que completan un nuevo organigrama con el que busca acabar con una sequía de títulos que dura desde 2007 y recuperar el mando de la Fórmula 1 de la mano del piloto español Fernando Alonso. Ferrari confiará en el “know how” del ex responsable de desarrollo de Bridgestone, proveedor único de neumáticos en la Fórmula 1 hasta 2010.
Se trata de Hirohide Hamashima, que ya trabajó en la “scuderia” en la época dorada de Michael Schumacher. Ahora debe ser el encargado de que los neumáticos Pirelli se acoplen mejor al nuevo Ferrari, que será presentado el 3 de febrero.
“El coche de este año rompe con el pasado”, dijo el jefe de equipo, Stefano Domenicali, en la localidad alpina de Madonna di Campiglio, donde el equipo se reúne tradicionalmente con los medios. “Será un coche diferente, con nuevos conceptos que antes no teníamos”, agregó.
La presentación será una “ceremonia convencional”, anunció Domenicali. Si el tiempo lo permite, el mismo día el coche dará unos giros en el circuito de la marca en Fiorano. El 7 de febrero comienzan los tests de la ciudad española de Jerez, los primeros de cara a una temporada que se inicia el 18 de marzo en el Gran Premio de Australia.
Ferrari busca éxitos y con urgencia. Desde 2007, cuando el finlandés Kimi Räikkönen logró el título en un espectacular final, la “scuderia” espera en vano. Y eso hace que sobre todo Felipe Massa esté en el punto de mira: “Debemos ser sinceros: será una temporada decisiva para él y para su futuro”, dijo con claridad Domenicali.
A final de año expira el contrato del brasileño con Ferrari. En caso de fracaso también vería peligrar su puesto el propio Domenicali. Para impedirlo, el equipo recupera a Rory Byrne, que ya formó parte del equipo en la era dorada de los cinco títulos seguidos de Schumacher, a Hamashima y a Steve Clark, que había trabajado últimamente como asesor técnico de Mercedes AMG. “Sabemos que esta temporada es importante y exigente por diversas razones”, dijo Domenicali.