Los récords, los campeonatos, los goles y ganarse el aprecio de la hinchada no son garantías para que un futbolista permanezca en la memoria colectiva de un país. ¿A qué se debe esto?
Eso pasa únicamente en Ecuador, porque la afición constantemente busca nuevos ídolos en sus equipos. Hay jugadores que logran extender su representatividad por varios años, pero eso está supeditado a los resultados y a cuánto ese jugador aporta a su club para lograr los objetivos trazados. Los ecuatorianos, y eso es parte de nuestra idiosincrasia, somos muy cariñosos con los extranjeros. Preferimos ser condescendientes con ellos en lugar de serlo primero con los nuestros.
Iván Hurtado es un ícono del balompié nacional así como lo son Giovanni Espinoza y Carlos Tenorio . ¿Cree que la exclusiones de la convocatoria del técnico Reinaldo Rueda signifique el inicio del olvido de estos jugadores?
Si ellos no están en las condiciones de rendir en los próximos desafíos que tiene la Selección el recambio es inminente. Pero creo que el periodismo ha instalado en el país una necesidad por botar a Iván Hurtado y a Édison Méndez. Se dice que Néicer Reasco ya no sirve y que Marcelo Elizaga ya está viejo. Claro, pero eso no quiere decir que si hay buenos jugadores jóvenes no deban ser convocados. Hay que convocar al futbolista que está listo y si los que mencioné antes lo están, el técnico tiene que hacerlo y no forzar un recambio que puede ser progresivo.
¿Por qué cree que la renovación puede ser progresiva en la Selección ante un escenario en donde se solicitan resultados?
Porque se trata de jugadores que tienen experiencia en los torneos que le tocará enfrentar a la Tricolor (Copa América y las Eliminatorias mundialistas). Son jugadores que facilitarán el acoplamiento de los nuevos elementos que luego se convertirán en sus reemplazantes. El criterio para realizar la convocatoria de una Selección debe ser siempre la condición futbolística y física del deportista. Reinaldo Rueda hizo una convocatoria a partir del pedido de renovación de la prensa.
¿Qué convierte a un jugador en un símbolo del fútbol de su país?
Su trayectoria, su disciplina y su integridad dentro y fuera de la cancha, pero lo más importante son los méritos, logros y hazañas que consiga en cada uno de los clubes en los que jugara. Pero es fácil olvidar a los jugadores que han sido símbolos.
¿Es suficiente tener el distintivo de ídolo para permanecer en la memoria de un equipo de fútbol y de su hinchada?
En Ecuador no, porque eso está sujeto a si el jugador le cae bien a los dirigentes y a la hinchada. El hincha ecuatoriano es muy cuestionador y presiona mucho al futbolista. La hinchada en cuestión de minutos puede ensalzar el trabajo en la cancha, pero así mismo puede acabar con una carrera solo por una jugada que no vieron correcta. Nuestro medio es muy ingrato con sus deportistas, no solo con los futbolistas. Vive únicamente del momento y de los resultados. Es muy difícil que se reconozca el trabajo de un futbolista.
¿Considera que es muy frágil la memoria de la afición ecuatoriana, de la dirigencia del fútbol y del periodismo deportivo?
Claro que sí. En Colombia, Perú, Argentina y en otros países del continente se recuerda constantemente a los jugadores que marcaron una época en el fútbol y que fueron partícipes de alguna hazaña. Acá también tenemos esa clase de personajes, pero están completamente olvidados. El otro día leía que Carlos Alberto Raffo, ex jugador de Emelec y seleccionado nacional, estaba muy enfermo y su hija pedía ayuda a los dirigentes de nuestro fútbol. Ver ese tipo de casos es vergonzoso porque se trata de una persona que nos dio muchas alegrías en su época como futbolista. Definitivamente en Ecuador consumimos mucho extranjerismo y mientras eso se mantenga nuestros ídolos permanecerán en el olvido. En los medios de comunicación se deja de hablar de ellos simplemente porque ya no juegan. El periodismo en general ha contribuido para que los nombres de los jugadores insignes del fútbol local se extingan poco a poco de la memoria colectiva del país.
¿Quiere decir que el hincha ecuatoriano no es nacionalista como sí lo es el argentino, el chileno y el brasileño?
Lamentablemente es así. Y eso no solo se ve en el ámbito deportivo sino también en otras áreas. Las grandes empresas ecuatorianas son dirigidas por extranjeros y eso va a cambiar cuando aprendamos a apreciar lo nuestro y a reconocer su capacidad. En el caso de los futbolistas, estamos destinados a quedar en el olvido. Nuestros nombres quedan únicamente en las páginas de los libros de la historia del balompié nacional.
¿Y qué ha pasado con usted? ¿Cree que lo siguen recordando?
Cuando camino por la calle unas veces me reconocen y otras no. Creo que eso está sujeto a los cambios de generación. Los jóvenes difícilmente me recuerdan. Saben quién soy, pero nunca me vieron jugar. El programa de televisión que tengo en un canal de cable me ha ayudado a seguir en la retina de los ecuatorianos. Pero esta es una sociedad que aniquila sin piedad a los futbolistas después del retiro. Si en el campo laboral es complicado que una persona de más de 40 años consiga trabajo, en el fútbol es algo similar. Nuestra idiosincrasia es liquidar a temprana edad al trabajador en general.