Una ‘batalla’ nunca antes vista se vive en Estados Unidos. Las calles son los escenarios de esta disputa y los principales ‘combatientes’ son el Ford Mustang, el Chevrolet Camaro y el Dodge Challenger.
Y es que en los últimos años, tras haber superado la crisis económica del sector automovilístico del 2009, los tres productores de vehículos más importantes de ese país se han recuperado notoriamente. Uno de los factores que más ha aportado a esta mejoría es el incremento en las ventas de los modelos deportivos y de alto rendimiento.
Es por eso que, por ejemplo, Ford presentó en el Salón Internacional del Automóvil de Norteamérica (Naias), en Detroit, la división Ford Performance.
Este departamento está a cargo del desarrollo, producción y comercialización de las versiones más deportivas y potentes de los vehículos de la marca.
Según Dave Pericak, director de esta nueva unidad, el ritmo de ventas de este tipo de bólidos en Estados Unidos ha superado el del resto del mundo. “Las ventas han aumentado un 70% desde el 2009 en suelo estadounidense, mientras que en Europa, el aumento ha sido del 14% a pesar de la crisis económica en el continente”, reveló.
Pero la disputa por apropiarse del mayor número de ventas parece extenderse también a otros modelos de estas marcas como el Charger SRT Hellcat, el nuevo Viper ACR o el futuro GT de Ford.
En este sentido, el grupo Fiat Chrysler (FCA) anunció que su ejemplar Hellcat ha superado todas las expectativas en el mercado. Equipado con un motor sobrealimentado de 6,2 litros HEMI, este superauto es capaz de desarrollar 707 caballos de potencia, una cifra que lo convierte en uno de los ‘muscle car’ más poderosos y vendidos de la historia.
General Motors tampoco quiso quedarse atrás y puso a disposición de sus clientes el ZL1 2015 con un motor en V8 sobrealimentado que genera 580 HP y el Z/28.
Todo esto ocurre en un momento en el que el sector está concentrado en la producción masiva de vehículos híbridos, eléctricos y, en general, de reducido consumo de combustible.
La prioridad hasta el momento había sido reducir los costos de mantenimiento, mejorar el desempeño de los automotores y reducir el impacto ambiental en el planeta, objetivos que parecieran oponerse con la tendencia en el mercado que está vigente en la actualidad en el país del norte.
Fuente: EFE