Elvis Bone, del Cuenca, hace revelaciones sobre su vida personal y su carrera deportiva. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO
El color de su cabello lo distingue. ¿Cómo y cuándo nace la idea de tinturarse?
Una vez, mirando un cotejo internacional, me fijé en el delantero francés Djibril Cissé (exfutbolista de Liverpool, Panathinaikos, Lazio…) y me gustó su pelo tinturado, incluso se pintaba hasta la barba. Entonces empecé a tinturarme el cabello y no he dejado de hacerlo desde el 2003, cuando jugaba en el Aucas.
¿Qué tiempo dura?
Cada 20 o 25 días mi esposa (Paola Torres) me ayuda a tinturarme el pelo. Ella tiene conocimiento de lo que son los tintes y nos sale bien. También me pinto solo cuando estoy en la concentración. Quiero mantenerme con el pelo pintado hasta retirarme del fútbol.
¿Cuáles son las bromas o los apodos más frecuentes?
(Sonríe) Se broman diciéndome cabeza oxigenada, cenizo, rubio, suco. No me molesta, mejor me siento identificado porque cuando salgo a la calle todos me reconocen y me llaman Bone, Bone. Es grato, porque se toman una foto conmigo o me piden un autógrafo.
Usted se incorporó al Aucas en el 2003. ¿Cuándo debutó como ‘rubio’?
Fue con el plantel de reserva del Aucas, jugando frente al Técnico Universitario. A Luis Fernando Suárez, técnico del equipo principal, no le gustaba que nos pintáramos el cabello. Pero luego debuté en primera con un gol ante Olmedo y desde allí recibí mayor apertura.
¿Hubo otros entrenadores que se opusieron?
Sí. La temporada pasada tuve un pequeño encontrón con el profesor Carlos Sevilla. Me condicionó a que rinda en la cancha, porque de lo contrario él mismo me iba a cortar el pelo. Después mantuvimos una buena relación.
¿El tinturarse el pelo es parte de una cábala?
Cuando debuté con el cabello pintado ganamos y consideré que me fue bien. Sin embargo, lo que siempre hago es pedirle a Dios para que me vaya bien en las prácticas y no sufra ninguna lesión. También pido por mi salud y la de mi esposa.
Conozco que su esposa trabajaba de reportera en una radio de Quito. ¿Fue entrevistado por ella?
Sí, cuando jugaba en El Nacional. Pero ya la conocí antes, me presentó su hermano, Andrés Torres, quien llegó para probarse en el Aucas. Si sigo en Cuenca veremos la posibilidad de que estudie periodismo.
¿Qué tal para la cocina?
(Su esposa sonríe) Suelo cocinar muy bien, claro que no lo hago con frecuencia porque me toca entrenar. Me gusta colaborar en la casa y es más, a mi esposa la enseñé a preparar platos como el encocado, el tapado arrecho y el cebiche.
¿Cómo se prepara el tapado arrecho?
Contiene chuleta, costillas, cerdo, chorizo y pollo, todo ahumado. Allí el verde no puede faltar. Se agrega el tomate y la cebolla licuada.
¿Cuál es su plato colombiano favorito?
El sancocho, es un plato tradicional, así como el tamal tolimense con muchos ingredientes, las arepas y las empanadas.
¿Suele viajar a Colombia?
Sí, luego de la finalización del campeonato. El año pasado disfrutamos las vacaciones en Ibagué, Bucaramanga, Cali y otras ciudades.
¿Qué música le gusta?
Me encanta la salsa. Escucho al Gran Combo de Puerto Rico, la Suprema Corte, entre otros.
¿Lee la Biblia?
De vez en cuando. Lo principal es obrar bien. Ante los ojos de Dios nada está ocultó y por eso hay que ser transparente.
Hoja de vida
Su vida. Nació en Esmeraldas, el 7 de abril de 1983. Su esposa se llama Paola Torres, quien trabajó como reportera.
Su trayectoria. Jugó en U. Católica, Aucas, Olmedo, Liga de Quito y El Nacional. Este año se vinculó al Deportivo Cuenca.