El preparador físico Pablo Bravo asumió este viernes 5 de octubre la dirección técnica del Deportivo Cuenca, de manera interina. Lo hizo en reemplazo del estratega argentino Luis Soler, quien ayer rescindió su contrato con el club por los malos resultados.
Previo a la práctica que se inició a las 10:55 en el complejo de Patamarca, Soler se despidió de sus ex dirigidos, quienes en las redes sociales se lamentaron por su separación. No hubo acceso para la prensa y ocho comunicadores esperaron pacientemente en los exteriores del escenario.
Antes de iniciar el trabajo físico, Bravo se reunió con los capitanes del plantel en un sector de la cancha y allí intercambiaron opiniones. En ese grupo estuvieron Juan Marcelo Ojeda, Miguel Paniagua, Carlos Castro, Omar Andrade y Miguel Bravo. Se sumó Gerson Stacio, quien fue asistente técnico de Soler.
Este Diario siguió de cerca los movimientos del plantel desde un terreno adyacente al complejo. A las 10:34 llegó el presidente del club, Julio León, quien con su dedo señaló que no iba a hablar con los comunicadores que querían escuchar su pronunciamiento. No bajó el vidrio de la ventana de su vehículo.
Tras mantener una conversación de 20 minutos con León, Soler abandonó el complejo y tampoco quiso referirse al acuerdo de la rescisión del contrato que llegó anoche con la dirigencia. Se limitó a decir que seguirá en Cuenca hasta que nazca su hijo (su enamorada cuencana está embarazada) y pidió disculpas a la prensa.
Bravo estará al frente del plantel azuayo hasta que se contrate nuevo técnico. El próximo miércoles, a las 18:00, el ‘Expreso Austral’ recibirá a Liga de Loja. Ese juego fue diferido por la participación del cuadro lojano en la Copa Sudamericana y se aprovechará el receso.