(De izq. a der.) Sandro Reiter, Nico y Julian Schmieder posan frente a una escultura de los anillos olímpicos en la playa de Copacabana de Río de Janeiro previo a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016. EFE
Nico Schmieder gira su bicicleta sobre el asfalto frente a las playas de Copacabana y grita celebrando el éxito de su aventura: una travesía de 15 meses y más de 28 000 kilómetros recorridos en gran parte pedaleando desde bpara llegar a
Río de Janeiro, el mismo día de la apertura de los
Juegos Olímpicos.
“Necesitamos 467 días para atravesar 24 países“, cuenta Nico, mientras decenas de curiosos los rodean a sus dos acompañantes y a él frente a una de las playas más famosas del planeta. “Estar aquí es la mejor sensación del mundo”. Nico, de 27 años, salió
15 meses atrás con su hermano Julian y su amigo Sandro Reiter, ambos de 33, desde la ciudad alemana de Múnich para pedalear, de este a oeste y de norte a sur, con el objetivo de estar en Río para los primeros Juegos sudamericanos de la historia.
“Llegamos justo a tiempo”, celebra, horas antes de la ceremonia de inauguración en el mítico estadio Maracaná. “Yo quería primero atravesar Estados Unidos en moto, pero entonces vino Julian con la idea de hacer toda la Panamericana“, explica Sandro.
Fueron en total 28 347 kilómetros, gran parte de ellos en la carretera que recorre el continente americano de norte a sur.
La ruta completa
Salida de Alemania rumbo a Francia para seguir hasta el
Reino Unido, primero Inglaterra, luego Escocia. Desde ahí, un avión hasta Islandia.
Después otro vuelo hasta Alaska, para bajar hacia Canadá y volver a entrar a Estados Unidos. Luego México, con un pequeño salto de ida y vuelta a Cuba.
Después Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá. Desde el istmo con bote hasta Colombia, en Ecuador una pausa de ocho días en las islas Galápagos.
Después la costa de Perú, con una subida obligatoria a los Andes hasta Machu Picchu y al Salar de Uyuni en Bolivia, antes de pasar a Chile y a Argentina. Desde Paraguay hasta las cataratas de Iguazú, finalmente Brasil.
El viaje lo financiaron con ayuda de patrocinadores, en promedio gastaron casi USD 20 por día de viaje, calcula Nico. “Dormimos con bolsas de dormir en parques, en gasolineras, en estaciones de policía, una vez en una construcción”, cuenta Sandro.
Sólo una vez alguien intentó robarle durante la noche la bicicleta. Pero lo descubrieron. ¿Y sus planes para los días en Río? “Tenemos entradas para el vóley–playa el sábado, aquí en Copacabana“, dice Nico.
El 23 de agosto, finalmente, dos días tras el final de los
Juegos, tienen un vuelo de regreso a Europa, hasta Lisboa. Desde Portugal planean volver a pedalear hasta casa.