Ernesto Guerra: 'Se va un profesional que le sirvió al deporte con alma, vida y sombrero'

Ernesto Guerra, ex entrenador de la Selección ecuatoriana de fútbol se hizo presente en el velorio de Juan Araujo. Foto: Martha Córdova/ EL COMERCIO

Ernesto Guerra, ex entrenador de la Selección ecuatoriana de fútbol se hizo presente en el velorio de Juan Araujo. Foto: Martha Córdova/ EL COMERCIO

Ernesto Guerra, ex entrenador de la Selección ecuatoriana de fútbol se hizo presente en el velorio de Juan Araujo. Foto: Martha Córdova/ EL COMERCIO

Ernesto Guerra está consternado por el deceso de Juan Araujo Estevez. "Era un pan de Pascua", dice el entrenador de fútbol y exseleccionador nacional.

"Nos conocimos desde el colegio, estudiamos juntos en el Mejía. Nació la amistad porque nuestros padres también eran conocidos, mi papá le gustaba comprar las fotos de su papá", recuerda.

En febrero, con ocasión de su santo y en agradecimiento al reconocimiento que recibió de parte de la Confederación Sudamericana de Fútbol ofreció una fiesta en su propiedad de Yaruquí. "El vivía en Pifo, pero sobre todo él fue el invitado especial. Era un profesional que asumía su rol y no interfería en el de los demás. No era serrucho. Era un señor".

Con esa misma sal quiteña, dice que el país pierde un profesional que "le sirvió al deporte con alma, vida y sombrero". La gente del fútbol también se fue acercando poco a poco. De Ambato llegaron Fabián Vicente Burbano y Miguel Jiménez. "En Ambato decíamos que él era el cuarto Juan. Le queríamos como un padre. Con él jugamos la Copa Libertadores de América en 1979", dijo Burbano.

Polo Carrera, Alfredo Encalada también llegaron a Monteolivo así como Gonzalo Troya entrenador de Baloncesto y Edmundo Hidalgo entrenador de atletismo.

Hay un denominador común en los comentarios que realizan los deportistas que llegan hasta Monteolivo, convocados por el fallecimiento de Juan Araujo Estevez. "Él decía que a los buenos deportistas y a las buenas personas no hay que cobrarles ningún dinero", recuerda Galo Yépez, el nadador ecuatoriano que cruzó a nado el Canal de la Mancha el 9 de septiembre de 1997.

Yépez trabajó con Juanito Araujo un año antes de lograr su hazaña. "Conformamos un equipo multidisciplinario. En él estaban José María Chiavasa, que se ocupaba del ámbito de la natación; Óscar Vizuete, en la parte de la nutrición y deportológica; Víctor Hugo Araujo, en la parte motivacional y Juanito se ocupó del atletismo y la preparación anaeróbica".

Galo Yépez dijo que Araujo enseñó a sus pupilos a brindar a los demás lo que uno sabe o tiene y que esa es la mejor herencia que deja. "Ahora está en nosotros entregar nuestros conocimiento a las nuevas generaciones". A las 12:57 llego a la sala de velaciones Jefferson Pérez.

Un abrazo sentido entre Jefferson Pérez y Martha Tenorio

Jefferson Pérez, siete veces campeón mundial de marcha, llegó para acompañar a Juanito Araujo en sus honras fúnebres.

"Sé lo que significó para tí", le dijo a Martha Tenorio, mientras se fundieron en un abrazo significativo, muy conmovedor, que llevó a las lágrimas a muchos de los presentes.

Los deportistas le rendirán mañana un homenaje, a su manera. Van a venir vestidos de deportistas, como él siempre les vio. Realizarán una guardia y también se quiere organizar un conversatorio para que cada uno de los deportistas cuenten sus anécdotas.

"Yo voy a venir con el uniforme que vestí en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Allí fui la abanderada", dice Martha Tenorio. En esa ocasión Juanito Araujo viajó como su entrenador.

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