Fernando Robayo /Editor
Por motivos que van desde el descuido hasta la falta de dinero, muchas personas omiten los mantenimientos rutinarios de sus vehículos en los plazos adecuados (cambio de aceite cada 5 000 km, ABC de motor cada 10 000 km, ABC de frenos cada 20 000 km, entre otros).
Esto, además de tener un impacto negativo en la vida útil del automotor, pone al usuario ante el permanente riesgo de sufrir un desperfecto que lo deje varado en cualquier momento y lugar.
Es que un determinado componente que no haya recibido la atención requerida de manera oportuna, ya sea para realizarle una tarea preventiva o correctiva, en caso de que hubiera presentado algún problema menor, tarde o temprano fallará y su reparación o reemplazo probablemente tendrá un costo significativo.
Son esos momentos en los que los propietarios adquieren cierta conciencia de la importancia de un mantenimiento periódico apropiado, pero no son pocos para los que, a pesar de ello, el descuido suele ser una actitud recurrente.
Por ello, tener una cultura de cuidado automotor es una buena manera de ahorrar dinero, evitar malos ratos y prolongar la durabilidad del auto.