Al contrario de lo sucedido con el automovilismo deportivo, que como resultado de varios años de gestiones ahora cuenta con una federación propia que regula y organiza a las diferentes disciplinas, el motociclismo pasa por una etapa complicada que incluso amenaza la continuidad de la otrora bien constituida Federación Ecuatoriana (FEM).
La Ley del Deporte vigente establece que la supervivencia de la federación debe sustentarse en la legalización de al menos cinco clubes a escala nacional ante el Ministerio del ramo, pero actualmente solo dos cumplen esa condición.
Actividad no falta. Numerosos torneos de motocrós, enduro y motovelocidad se organizan constantemente en diferentes lugares del país, pero varios de ellos carecen de la formalidad y del aval necesarios para ser más que iniciativas aisladas de un grupo de entusiastas y emprendedores.
Se evidencia una falta de liderazgo en los actores para asuntos extradeportivos. Si bien las cuestiones burocráticas representan la cara menos amable del deporte, siempre se requerirá gente comprometida con el desarrollo del mismo desde el lado en que la acción se concentra en una oficina.