Un debate de otro modelo en el fútbol

La oposición de Luis Chiriboga al proyecto de la Liga Profesional de Fútbol evidencia que es contrario a un nuevo modelo de gestión en esta actividad. Él prefiere el feudalismo, dominar, imponerse bajo el precepto del viejo estilo de la concentración de poderes, como ha operado históricamente la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).

Ese caciquismo ha sido el modelo de administración, desde que existe la Federación. Chiriboga, en los 16 años en el cargo, lo que hizo fue ampliar ese dominio al incorporar asociaciones de fútbol de otras provincias, sin proponer un proyecto sólido de administración.

Los clubes también han sido cómplices porque han aprobado cambios de reglamentos, de acuerdo a sus intereses, sin ir a los temas de fondo, como regular presupuestos y administrar recursos, lo que hoy los han llevado a la crisis económica por la que atraviesan.

Lo paradójico es que el dirigente de la FEF le había dicho a los presidentes de los clubes que los escucharía, que abriría las puertas para el debate de la propuesta. Incluso se creó un grupo en la red social WhatsApp, en la cual se emitían sugerencias y comentarios, y él también participaba.

La FEF permitió estas calamidades del Deportivo Quito, El Nacional, Deportivo Cuenca, Liga de Loja, Barcelona... y pasó a ser una especie de padre protector, suministrándole dinero cuando requerían, sin ponerse en un papel de fiscalizador ni mediador.

La oposición de Chiriboga ni siquiera permite el debate al proyecto. Eso contrasta con la crisis de los equipos, que, por cierto, él la minimiza. Por eso es necesario ser sensible ante las necesidades de la sociedad y de la realidad de las instituciones que realmente sostienen el fútbol.

Es hora de dejar de dar paso a la discusión de nuevos modelos de gestión, tal como lo hicieron las federaciones de Chile, México, Colombia...

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