El deportista capitalino alterna los entrenamientos en las calles de Quito y de Ibarra. Foto: Patricio Terán/ El Comercio
Cuando David Villavicencio habla de ciclismo se le ilumina la mirada. Sus ojos muestran un brillo especial. También sonríe. Reacciona así porque el ciclismo es su pasión, su alma gemela, su media naranja…
Ese deporte forma parte de su vida desde los 9 años. Hoy tiene 24 y es una de las figuras de la selección de Pichincha.
Él se impuso en dos etapas de la pasada Vuelta Ciclística Internacional al Ecuador. También se llevó los títulos de la clasificación general en Metas Volantes y Regularidad.
Esos triunfos los alcanzó con un año de intensa preparación, después de tres años de ausencia. Tras verse solo, sin apoyo, Villavicencio dejó las pistas a finales del 2010 y se dedicó a trabajar y a estudiar.
Cuenta que vendió uniformes, zapatos… Pensó que no retornaría nunca más.
Pero el vicio pudo más”, argumentó el pasado lunes, después de cumplir con una práctica en el Velódromo, en La Vicentina. Sonríe al decir eso y al añadir que su sueño es formar parte de un equipo continental internacional.
Jorge Hernández, su entrenador, dice que Villavicencio tiene talento y que además es responsable y que con más apoyo podría integrar el anhelado equipo. “Él viene a entrenarse y se dedica a eso. No se entretiene con otras cosas”, argumenta el formador cubano.
Villavicencio corrió en Europa como juvenil y subió al podio, pero a finales del 2010 se le terminaron los tres meses de prueba y retornó al país. Fue entonces cuando decidió alejarse del ciclismo.
Hoy, forma parte del equipo de la Concentración Deportiva de Pichincha (CPD), con el que precisamente se prepara para disputar la próxima edición de la Vuelta al país.
Con miras a participar en la prueba reina del ciclismo nacional, Villavicencio se entrena de martes a domingo. Unos días lo hace sobre las carreteras de Ibarra y otras, en Tumbaco y en el Velódromo de La Vicentina, donde tiene la guía directa de Hernández.
El entrenamiento semanal de Villavicencio, cuando no hay competencias próximas, consiste en lo siguiente: martes (60 kilómetros de ruedo normal), miércoles (120 kilómetros de fondo), jueves (120 kilómetros de fondo), viernes (60 kilómetros), sábado (130 kilómetros) y domingo (140 kilómetros). El lunes es el único día que utiliza para descansar.
El pedalista de 24 años se vinculó al equipo de la CDP a finales del 2013 porque ahí recibió el respaldo. “Era difícil porque venía de una para importante y aquí me dijeron que podía entrenarme”.
El velocista ensaya sobre una bicicleta Trek del 2008, valorada en USD 5 000. El pedalista la compró usada y todavía sigue pagándola.
“La compró a plazos”, contó Gonzalo Villavicencio, su tío.
Él fue quien acompañó al deportista al entrenamiento del pasado jueves. “Es una forma de apoyo”, afirmó el ciclista.
Otros familiares, de padre y madre, también están pendientes de su crecimiento en las pistas y cuando compite. Según el pedalista, existe la posibilidad de salir a Colombia para entrenar y codearse con los deportistas de ese país.
Mientras le llega la confirmación, Villavicencio seguirá alternando las calles Quito e Ibarra para sumar km. Espera que su esfuerzo le sirva para trepar al podio de la Vuelta al país. Él volverá a correr con el equipo de la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP).
David Villavicencio
Su vida. Motivado por su padre optó por dedicarse al ciclismo a los 9 años. Hoy tiene 24.
Sus logros. Se impuso en dos etapas de la pasada Vuelta Ciclística Internacional al país.