Para correr largas distancias algunos se estimulan al contemplar los paisajes ecuatorianos. Otros se dan ánimos al plantearse retos y buscar superar sus límites en cada camino.
La resistente Sandra Jaramillo, que se alista para un reto de 100 km, en abril, ama la naturaleza. En sus ocho años como corredora, los últimos cuatro dedicada más al ‘trail running’, ha aprendido a valorar de otra manera la vida.
Al igual que ella, muchos más atletas se han lanzado a las montañas. Pero las carreras a campo traviesa tienen sus propios implementos, algunos de ellos indispensables para disfrutar de esos momentos al aire libre.
Aunque se puede correr con cualquier pantaloneta y camiseta, en las tiendas especializadas hay prendas apropiadas para estos retos.
Las camisetas que ayudan a evaporar con más facilidad el sudor son muy populares. También las licras que, además, evitan raspaduras con plantas y espinas.
Están las gorras livianas, los cronómetros, las gafas… No obstante, hay al menos tres implementos claves a la hora de ir a caminar o a correr al aire libre: los zapatos, la chompa y la mochila.
En el mercado hay zapatillas especiales para no resbalar en la tierra, el césped o el lodo. Hay decenas de marcas y hasta modelos para determinadas distancias.
Las competencias en la montaña se realizan desde los 10 km. Los retos que superan los 42 km se conocen como ultramaratones.
Para todos esos recorridos hay modelos apropiados, según Juan Moscoso. El especialista de la tienda Explorer asegura que para comprar el zapato adecuado hay que tomarse su tiempo. Si no se conocen las características, es conveniente preguntar a los vendedores capacitados.
En los recorridos por el campo es también indispensable una mochila, de preferencia pequeña. Allí se pueden llevar la chompa, algo de comer, el celular y el agua.