Como parte de una campaña impulsada por el Gobierno Nacional a través del Ministerio del Trabajo, los empleados de las empresas deben asistir de manera obligatoria a un taller de sensibilización que, entre otras, pretende evidenciar esencialmente tres cosas: el universo de colaboradores es muy diverso, muchos de ellos están en condiciones de vulnerabilidad por diferentes causas, y todos merecen respeto y consideración.
Esta noble iniciativa merecería ser replicada en las instancias encargadas de gestionar el tránsito, tanto a escala local como nacional, pues muchos actores de la movilidad, principalmente conductores, necesitan ser sensibilizados respecto de la actitud hostil con la que diariamente salen a recorrer las vías, ejerciendo un abuso verbal y en ocasiones hasta físico sobre peatones, ciclistas, motociclistas e incluso vehículos más pequeños.
Como los colaboradores de las empresas, los conductores deberían comprender que el tener una posición privilegiada (un vehículo más grande, más nuevo, etc.) no incluye el derecho de mirar a los demás usuarios viales como seres inferiores.
Una convivencia social armónica implica renunciar a jerarquías autoimpuestas e inexistentes.