Hinchas brasileños en el Ministerio del Deporte. Foto: El Comercio
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Como en los partidos anteriores del presente Mundial, los colombianos residentes en Quito se reunieron en el Coliseo del Ministerio de Deportes, al norte de Quito.
Al sexto minuto de juego, Thiago Silva puso en ventaja a los anfitriones. El gol brasileño cayó como balde de agua fría. Sin embargo, los seguidores vestidos de camisetas amarillas no decayeron.
Mientras los soldados colombianos se batían a fuego en la cancha del estadio de Fortaleza, en Brasil, los aficionados cafeteros no dejaban de alentar al interior del recinto de la Gaspar de Villarroel. Cerca de 2500 cafeteros arengaron a su selección copando el graderío y la cancha de parquet del coliseo.
El público se levantaba con los desbordes de James Rodríguez, estrella del equipo, los remates de Juan Guillermo Cuadrado y las atajadas del portero David Ospina.
“Oeoa… oheoa… Colombia va a ganar”, proclamaba el locutor en el micrófono incorporado al sonido ensordecedor que inundaba todo el lugar. Ábel Lopez (43), colombiano residente en Quito desde hace 7 años, fue con su hijo Martín de nueve años de edad a ver a su país en el partido más importante de su historia.
“Orgulloso de Colombia, los jugadores han representado bien la alegría de nosotros hasta ahora”, dijo el aficionado.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, acompañó a los hinchas colombianos durante los primeros 34 minutos del primer tiempo. Al son de los tambores, Instructores del proyecto Ecuador Ejercítate acompañaron a los hermanos colombianos en la fiesta del medio tiempo.