Han pasado cinco fechas, tiempo de hacer un corte y analizar a los clubes de Pichincha.
Independiente. Al contrario de los malos augurios, no ha pesado la salida de algunos valores del 2014 ni la promoción de los juveniles al primer equipo. El estilo de Repetto tiene continuidad y eso le permite seguir siendo protagonista. El golpe en La Plata, demoledor, fue asimilado rápidamente, reflejo de la madurez del grupo.
Liga de Quito. Sigue en construcción, pero se nota que ya existe algo más que una base. La U tiene estructura, sistema y una vocación ofensiva. Ha decepcionado lo del Cachete y sigue quedando la impresión de que falta un 10 en su real dimensión. Se verá qué más ofrece Zubeldía… y si también cumple su promesa de no hacer berrinche. Corren las apuestas.
U. Católica. El DT Célico sorprende con esquemas más ofensivos que los vistos en años anteriores. Hay más variantes y también más confianza en el reparto de la pelota. Bueno, Célico también ya tiene buen tiempo en el comando del Trencito que no tiene una figura destacada: la estrella es el juego colectivo. Ojo con los camarattas.
El Nacional. Del glorioso Bi-Tri solo quedan las cenizas. El DT Yun… perdón, Zambrano, ha tenido problemas varios (expulsiones que generan alineaciones cambiantes, mal estado físico de los recién llegados, falta de fondos para contratar a los jugadores que pidió…) pero los hinchas ya no le tienen paciencia porque en la cancha no ve volumen de juego ni, sobre todo, goles.
Aucas. Poco ha sido lo mostrado por el ídolo de Quito. Con recursos limitados en lo financiero, la meta es salvar la categoría. Durísimo. Al menos le pondrán luces nuevas al estadio.
Deportivo Quito. Seamos honestos: el plantel es muy liviano y su destino es luchar por no descender (¿y no quebrar?) en medio de esta agonía financiera que lo estrangula.