Los 500 inscritos ciclistas saldrán desde el sector de El Caspi, en el parque nacional, según la organización del recorrido. Foto: comité organizador
Antes de una competencia, muchos ciclistas prefieren descansar en el calor del hogar para acumular energía y buscar los primeros lugares. Pero hay otros, como el quiteño Galo Tamayo, que priorizan dormir en el páramo antes de los retos de ciclismo de montaña.
Cada vez que tiene la oportunidad, el ciclista de 39 años acude con su carpa y se instala cerca de los sitios de largada. Así, además, se nutre al disfrutar en medio de la naturaleza.
El quiteño que reside en Cuenca, desde hace 22 años, acampó ayer en el sector de El Caspi, en el parque nacional, desde donde hoy empieza la décima edición de la Vuelta al Cotopaxi.
La carrera de ciclismo tendrá un recorrido de 125 km, que los 500 participantes deberán completar en dos días.
Tamayo, que además guía a un grupo de ejecutivos en Cuenca, ganó cinco carreras. Por eso, los corredores suelen tomarlo como referencia.
Además de acampar en el sitio de partida, a los pies del coloso de 5 897 metros, el experimentado deportista aplicará otra estrategia en esta ocasión.
Junto con Juan Almeida, su compañero de competencia pues la carrera es en parejas, pedaleará en unas nuevas bicicletas, con llantas más grandes que las habituales.
En este año, ambos acudieron a una prueba en EE.UU., donde observaron a otros competidores en bicicletas con llantas ‘fatbike’. Estas son más anchas y diseñadas para la arena y la nieve.
Ellos se trajeron esas bicicletas, de la marca Salsa, con las que esperan rendir mejor en las laderas de la montaña.
El quiteño Javier Fiallo, por el contrario, prefiere descansar e hidratarse en la comodidad de su casa antes de las pruebas. Él viaja hoy, desde Quito con rumbo al Cotopaxi. Su compañero de equipo, Karl Egloff, lo pasará a buscar a las 06:30. Ellos esperan llegar al lugar de la partida, para calentar y mentalizarse en ganar la prueba, con más de una hora de antelación.
Fiallo tiene 23 años y fue campeón nacional el año pasado. Además, ha representado al país en retos en EE.UU., China, Colombia, entre otros países. Junto con Egloff son dos de los más opcionados para triunfar en la décima edición del reto.
La distancia y el clima exigen más esfuerzo a los deportistas.
Alfonso Borja, miembro de la organización, cree que puede haber fuertes vientos, lluvia, granizo y hasta nieve. Por eso los deportistas deberán ir equipados con lo necesario para soportar los cambios de temperatura. De hecho, ellos tienen que llevar equipo obligatorio (ver datos adjuntos).
La altitud también juega un papel clave. Los equipos se prepararon para mantener el estado físico y conservar el oxígeno en un promedio de 3 500 metros sobre el nivel del mar.
Debido a estas dificultades del clima, los inscritos tendrán asistencia mecánica y médica de parte de la organización.
Mañana, en cambio, continuará el recorrido de la ruta en sentido antihorario. El último tramo tendrá 65 kilómetros y terminará en el lugar donde empieza la Vuelta. Ese punto será en el Barrio El Caspi, cerca al control sur de la entrada al Parque Nacional Cotopaxi.