En este sitio, en el ingreso a Pueblo Unido, habría muerto el deportista. Foto: Eduardo Terán / ÚN
“Era como mi hijo”, dijo Santiago Rosero, entrenador de Franklin Montenegro, el ciclista de Olimpiadas Especiales que falleció el domingo 7 de enero, tras una caída en su bicicleta.
Las lágrimas entrecortaron su frase, pero enseguida se repuso para conversar de él, su alumno, su amigo, su hijo. “Lo conocí en el 2005 cuando me incorporé a Olimpiadas Especiales. Él estaba allí, siempre le gustó el ciclismo, además que tiene sangre carchense”.
Santiago Rosero, que hoy dirige el Team Ecuador, dijo que pese a que empezó a entrenar a chicos con discapacidad intelectual, siempre los trató como deportistas regulares. “A todos les propuse que utilicen la indumentaria de ciclismo. Al principio los padres se molestaron por el cambio de calzado, Franklin fue el primero en adaptarse”.
Relató que luego se mostró afanoso en vestir con licra y finalmente el casco y las gafas.
“Otro cambio que le gustó fue el entrenamiento en la carretera. Hasta antes de mi vinculación solo entrenaba en la pista del velódromo”.
Los restos del ciclista fueron velados entre sus familiares. Foto: Cortesía
Como buen carchense aprendió a pedalear y pedalear en carretera. “Le gustaban las distancias de 80 km y 90 km”.
Por ese desarrollo deportivo fue seleccionado por Ecuador para los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales. Ganó el oro y la plata en los 40 km y 25 km en Grecia 2004. En Shangai 2007 se coronó campeón mundial en los 40 km y en los 25 km, y logró la de plata en los 10 km.
En cambio, en los Juegos Latinoamericanos 2011 en Puerto Rico, logró el cuarto lugar en el triatlón, pues Franklin decidió entrenarse en natación y atletismo.
En los últimos tres años se alejaron pues Rosero dirige el Team Ecuador y a las selecciones nacionales de ciclismo. “Manteníamos una comunicación por redes sociales, pero mi madre me contaba, que él iba desde su casa en el Pueblo Unido, al sur la ciudad, hasta el domicilio de mi madre, en el norte. Llegaba pedaleando o en bus para visitarme, era bastante independiente”.
El domingo, el entrenador colocó en su cuenta de Facebook la noticia de la desaparición de Franklin, quien había salido al ciclopaseo como lo hacía cada semana. Un amigo bombero fue quien le llamó a contarle que su Franklin había fallecido.
“Era amigo de todos, aunque muy callado y reservado. No escuchaba bien por su oído derecho así que siempre me mostraba el izquierdo y me leía los labios cuando le daba las indicaciones en competencia”.
Para Santiago Rosero la discapacidad intelectual que sufría Franklin Montenegro, de 26 años, no fue ningún obstáculo para lograr victorias importantes. “Solo tenía que repetirle algunas veces las indicaciones, nada más”.
El martes 9 de enero, Santiago tuvo que enterrar al hijo que le dio el ciclismo.