La creciente renovación del parque automotor nacional ha dinamizado notablemente el mercado de los vehículos de segunda mano en los últimos años. Si bien muchos de los compradores de unidades nuevas acceden a un auto por primera vez, otra buena parte deja de lado el usado para hacerlo.
En el lapso comprendido entre el 2002 y el 2011 la venta de vehículos nuevos en el país prácticamente se duplicó. Entonces, los modelos usados de los que los usuarios se deshacían iban formando un mercado paralelo muy interesante, especialmente para quienes no estaban en condiciones de acceder a unidades cero kilómetros.
El crecimiento de la oferta y la demanda motivó el aumento de los canales de difusión, que antes se concentraban en dos fuentes principales: los avisos clasificados de los principales diarios y las ferias que se realizan en las diferentes ciudades ecuatorianas.
Hoy, la oferta de autos usados está muy diversificada e incluye a las fuentes tradicionales, a otras que se potenciaron con la cada vez mayor cantidad de modelos en circulación (patios y concesionarios) y a las digitales (sitios web), gracias a las cuales los propietarios ni siquiera necesitan desplazarse hacia otros lugares.
En la actualidad, ante las restricciones impuestas a las importaciones de vehículos nuevos, el mercado de usados se ha convertido en una alternativa para los usuarios que no pueden acceder a unidades del año.
Entre los vehículos más demandados se cuentan aquellos con pocos años de antigüedad y/o poco kilometraje, cuyas características generales son las que más se acercan a las de los modelos que los concesionarios en un determinado momento del año dejan de ofrecer, por agotar sus existencias.
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REGLAS DEL MERCADO
Demanda. Ciertas marcas y modelos gozan de mejor acogida entre los usuarios en comparación con otros vehículos similares. Eso hace que, al cabo de unos años, el precio de reventa sea mayor.
Costos. En los precios de los autos usados también incide el valor de los nuevos. Si estos suben los de segunda mano también lo hacen, debido a que aumenta la demanda.
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No obstante, la oferta de modelos más antiguos, con mayor recorrido y de menor valor sigue siendo importante, pues atiende a la demanda de los compradores con una capacidad adquisitiva menor, ya que no todos pueden comprar un vehículo nuevo o seminuevo.
En las ciudades, y especialmente en las más grandes, la necesidad de contar con un medio de transporte propio, cómodo y seguro, hace que muchas personas destinen sus ahorros y/o el producto de algún crédito a la adquisición del vehículo que puedan costear.
Pero la misma renovación del parque automotor, por la que cada año ingresan al mercado nacional no menos de 110 000 unidades nuevas, hace que el segmento de los usados no sea demasiado antiguo como pudiera pensarse.
Según el anuario 2012 de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), aproximadamente el 55% del parque automotor nacional, de casi dos millones de vehículos, está compuesto por unidades de entre cero y 10 años de antigüedad.
Eso sí, en el lapso de una década un vehículo puede cambiar de propietario entre tres y cuatro veces, pues la renovación de un vehículo nuevo por otro se realiza cada tres o cuatro años, que es el tiempo que muchos compradores establecen como plazo de pago.
De ahí que el estado general de un vehículo usado no depende exclusivamente de su antigüedad, sino de la prolijidad con la que se le hayan realizado los mantenimientos rutinarios (preventivos y correctivos) por parte de su (s) propietario (s) anterior (es).
El precio de venta de un auto usado se fija tomando en cuenta varios factores, algunos directos como las condiciones de conservación, y otros indirectos como la situación del mercado de autos nuevos y la demanda específica.