El tercer representante de la familia Bugatti Legend fue exhibido en el Salón Internacional del Automóvil de Dubái 2013.
Se trata del Bugatti Veyron Meo Costantini, construido en base al modelo de serie Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse. Está equipado con un motor de 8 litros que logra un torque de 1 500 Nm. Entre su bondades está su capacidad de desarrollar 1 200 HP desde las 3 000 revoluciones por minuto.
El Meo Constantini puede acelerar de 0 a 100 km en tan solo 2,6 segundos. El modelo original Vitesse impuso un récord de velocidad máxima de 408,84 km/h en abril del 2013, convirtiéndose en el roadster de producción más rápido jamás construido.
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El nuevo integrante de la familia Legend fue diseñado como un homenaje a Meo Costantini, amigo del fundador de la compañía, Ettore Bugatti.
Y es que Meo se convirtió en un ícono de la marca pues también la representó en competencias. Con un recorrido extraordinario por las pistas del mundo, fue piloto al mando de una Bugatti Type 35, uno de los autos de carreras más exitosos de todos los tiempos. Con este vehículo ganó la Targa Florio dos veces.
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También fue jefe del equipo de competencia de la fábrica de Bugatti durante muchos años. Tan importante fue su labor que ahora tiene un automóvil con su nombre inmortalizado en la decoración interior. Solo se producirán tres unidades de este lujoso que costará USD 2 797 030.
El poderío de esta máquina solo se puede comparar con el lujo extremo de su interior que está totalmente tapizado en piel. El techo, las moquetas y los asientos están decorados con un color café muy sofisticado. Por otro lado, los apoyabrazo, la consola central, los paneles de las puertas, el tablero de instrumentos y el volante están hechos en cuero de color azul oscuro. Finalmente, los apoyacabezas están bordados con la firma de Meo Costantini.
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Pero sin lugar a dudas, el detalle más simbólico de este automotor son las escenas de carreras de Meo, las cuales fueron grabadas con láser. Estas imágenes ‘reviven’ los instantes de gloria a lo largo de su carrera deportiva y el apasionante mundo tuerca de 1920.
En el exterior, el auto está compuesto principalmente de fibra de carbono. Las partes laterales, las puertas y las esquinas del parachoque delantero fueron hechas a mano en aluminio. La pintura Bugatti Dark Blue Sport fue desarrollada especialmente para este modelo. Es por eso que su valor económico y sentimental es totalmente incomparable.