Las reinterpretaciones modernas de vehículos antiguos exitosos han tenido gran acogida en la industria automovilística.
Primero fue Volkswagen con el nuevo Escarabajo, en 1998, le siguió BMW con el nuevo Mini en el 2001 y Fiat puso el colofón a los modelos europeos con el ‘Cinquecento’ en el 2007.
La renovada versión del célebre ultracompacto italiano producido entre 1957 y 1975 llegó al mercado local de la mano de Maresa, representante de Fiat en el país desde hace poco más de un año.
Aunque se trata de un modelo de dimensiones reducidas con carrocería de tres puertas, el 500 es el ejemplar ‘top’ de la oferta actual de la marca en Ecuador.
Esta condición no se debe únicamente a su precio, sino al hecho de ser, probablemente, el auto que mejor conjuga elementos como practicidad, belleza, simplicidad y eficiencia, claves en la propuesta del centenario fabricante turinés.
Y para comprobar estas y otras cualidades de las que hace gala, Maresa nos invitó a someterlo a un ‘test drive’ durante un fin de semana que incluyó una gran variedad de condiciones urbanas y extraurbanas.
Como suele suceder, la primera impresión es sobre la estética. Con unas dimensiones de 3,60 metros de largo, 1,63 de ancho, 1,49 de alto y 2,30 de distancia entre ejes, el 500 es muy diferente de otros autos de similares características.
Su exquisito diseño nacido del Centro de Estilo Fiat, que conserva el espíritu del modelo original pero adaptado a las tendencias actuales, presenta un particular cuidado por los detalles y los acabados, en el exterior y en el interior.
Las formas, las texturas y la calidad de los materiales utilizados nos recuerdan que estamos ante un ejemplar premium en su categoría, lo cual se refuerza al ponerlo en marcha para emprender un recorrido corto o largo.
En el habitáculo, un ambiente acogedor recibe a los cuatro ocupantes que es capaz de albergar. Una franja del color de la carrocería que recorre el tablero de instrumentos a lo ancho pone el toque de personalización, brindando una sensación de exclusividad.
Ya en marcha, el motor Multiair de 1,4 litros, 16 válvulas y 100 caballos que impulsa a la versión Sport que probamos fue sumamente complaciente con los cambiantes requerimientos de aceleración.
Dócil en el tráfico urbano e impulsivo en vías periféricas, se complementa a la perfección con una caja manual de cinco velocidades en la que los cambios son suaves y precisos para transmitir a las ruedas la fuerza de giro del propulsor.
En caso de requerirse mayor potencia, el botón Sport ubicado en la parte central del panel cambia el mapa de la inyección electrónica de combustible y dota al 500 de un impulso adicional, muy útil como para rebasar en carretera.
El tamaño compacto del 500 facilita mucho las labores de parqueo en espacios reducidos. Los 269 litros de capacidad del maletero son muy razonables en relación con las dimensiones generales.