EL EJEMPLO DE JAPÓN

En días pasados tuve la oportunidad de asistir a la jornada inaugural del Tokyo Motor Show, también conocido como Salón del Automóvil de Tokio. Por realizarse en Japón, cuna de una de las más importantes industrias automovilísticas del mundo, esta muestra es considerada una de las cinco más trascendentales de su tipo a escala global.

Como es costumbre en eventos de este tipo, las marcas participantes presentaron varios prototipos y modelos de producción en primicia. Tanto los vehículos como la puesta en escena de sus respectivos estands me resultaron sorprendentes, al igual que a muchos de los visitantes.

Sin embargo, hubo algo que me llamó la atención aún más. Fue el hecho de recordar que hace apenas dos años ese país asiático combatía los devastadores efectos del terremoto y posterior maremoto que dejaron miles de víctimas mortales, y una industria con gran afectación en sus infraestructuras.

En la actualidad, el sector se encuentra plenamente recuperado y operativo. Eso solo fue posible gracias a la determinación, trabajo y férrea disciplina de un pueblo japonés que siempre ha sabido sobreponerse de las adversidades, mirar el futuro con optimismo y progresar constantemente.

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