Argentinos, peruanos, chilenos, españoles, franceses, alemanes, ingleses, japoneses y la lista de nacionalidades en el Rally Dakar del 2013 continúa hasta llegar a 53.
Una cifra de orgullo para los organizadores de esta extenuante maratón de 8 500 kilómetros que comenzó en Lima y terminará en Santiago. “Son pocos los deportes o eventos con tantos países juntos. Eso nos llena de satisfacción”, dijo el francés David Castera, subdirector de la carrera y encargado de diagramar la ruta de cada edición.
“Con 53 nacionalidades, hay 53 tipos de culturas y esa diversidad también es parte del Dakar”, reseñó. Donde más se nota la mixtura de países es en los campamentos, que crecieron año tras año en dimensiones debido al ingreso de nuevos participantes.
Por ejemplo en la edición del 2009, la primera que se realizó en Sudamérica, los ‘vivacs’ cubrían una superficie de seis hectáreas, mientras que este año algunos tienen entre 10 y 12. Dentro de esta ciudad itinerante, el principal punto de reunión es el restaurante, capaz de alimentar a las más de 3 000 personas que integran la caravana.
La cena es el momento cuando el Dakar se convierte en Babilonia porque se escuchan varios idiomas y se notan ciertas costumbres propias de cada nación que representan. Así, se puede ver a algún mecánico holandés caminando en zuecos de madera, a otro argentino tomando mate o a un ruso relajándose con un vasito de vodka.
Esa diversidad cultural se aprecia también en los términos. Como ‘quads’, por citar uno de ellos. Mientras los peruanos le dicen cuatrimotos, los argentinos se refieren a ellos como cuatriciclos, los chilenos a cuadrimotos y para los ecuatorianos son cuadrones.
La tendencia se repite en escuderías, como la Overdrive, de origen belga y con algunos miembros portugueses, alemanes y sudafricanos. Diferentes culturas, distintas formas de vivir algo en común: la pasión por el Dakar.
Fuente: DPA