El mercado nacional de motos ha experimentado un crecimiento acelerado en los últimos cinco años. A partir del 2007 la importación anual superó las 100 000 unidades, cifra que se incrementó desde el año siguiente, con la llegada de modelos en piezas desde China, para dar inicio al ensamblaje local.
Desde entonces, la cantidad de motos comercializadas por año es equiparable a la de autos. Por su precio asequible y bajos costos de mantenimiento, las motos de origen chino se convirtieron en una alternativa económica para satisfacer las necesidades de transporte en áreas urbanas y rurales.
En tal sentido, varias empresas locales encontraron en este sector una interesante oportunidad de negocio, de fomento a la actividad industrial del Ecuador y de creación de fuentes de empleo.
Ese es el caso de Thunder Cycles, una empresa creada en el 2007 y dedicada a la importación y comercialización de motos chinas bajo esa misma denominación, que actualmente se ubica entre las 10 marcas más vendidas del país.
Tras firmar una alianza estratégica en el 2009 con Metaltronic, uno de los mayores y más antiguos fabricantes locales de autopartes, Thunder Cycles inició el ensamblaje de sus modelos en la planta que su socio posee en el norte de Quito.
La experiencia de 40 años que Metaltronic acredita en la producción de componentes para la industria automovilística ecuatoriana, representó un gran beneficio para Thunder Cycles.
El proceso de ensamblaje de estas motos es el único en el país que cuenta con la certificación internacional ISO 9001 2008, lo cual constituye una garantía de calidad para sus productos.
En días pasados, la empresa invitó a los medios especializados a un recorrido por las instalaciones de la planta de ensamblaje, donde presenciamos la producción de su gama de modelos compuesta por la todoterreno TRX 200R y por las de calle TGN 150 y Metro 200S.
El proceso contempla el paso de cada modelo por una línea de producción con cinco estaciones, en las que se van incorporando los diferentes elementos.
Todo esto se realiza en un promedio de 12 minutos, luego de los cuales cada moto pasa a un área de control de calidad que contempla pruebas estáticas y dinámicas para comprobar su óptimo estado.
Juan Pablo Vélez, gerente general de Thunder Cycles, explicó que a los rigurosos procesos de producción se suma la fabricación local de algunos componentes críticos de las motos, con el fin de mejorar su desempeño y durabilidad.
“Hace un año y medio identificamos algunas piezas que debían mejorarse por estar sujetas a mucho maltrato. Ahora Metaltronic fabrica el basculante de nuestro modelo todoterreno con un acero de mayor grosor y con soldaduras reforzadas, que le confieren una mayor robustez”, señaló Vélez.
Metaltronic también fabrica la parrilla posterior del mismo modelo, con un diseño más adaptado a su apariencia general, lo cual armoniza la estética del conjunto.
Además, en todos los modelos se utilizan pernos de grado automotriz 8.8, los cuales se ajustan con torquímetro. Esto elimina los roces indebidos entre piezas, que generan vibraciones, ruidos y desgaste prematuro, que suelen ser problemas recurrentes en muchas motos de origen chino.
Precisamente, Vélez aseguró que todos estos procedimientos buscan acabar con la mala fama que algunas personas aún les atribuyen a estos vehículos, al ser mejoras de calidad que se pueden apreciar con el paso del tiempo.
“Nuestras motos cumplen con altos estándares de funcionalidad y seguridad dentro de su rango de precios y ofrecen una larga duración si se les da un buen mantenimiento”, indicó.
Actualmente, Metaltronic maneja un promedio de producción diaria de 60 motocicletas, que puede aumentar en función de la demanda existente en el mercado. Eso lo determina la firma Mercandina, distribuidor mayorista de las motos Thunder en el país.
Vélez dice que la planta de Metaltronic tiene capacidad para ensamblar hasta 150 motos diarias, para lo cual solo sería necesario aumentar los turnos de trabajo. Para este año, Thunder Cycles espera comercializar 6 000 motos en el país, un 40% más que en el 2011.