Cuando Alicia Sornosa comienza a contarnos su viaje se siente en su voz el viento que nos acompaña a los motociclistas en el camino. Con su BMW y las maletas cargadas de sueños Alicia comenzó esta travesía hace más de un año, le ha dado la vuelta al mundo en un proyecto en donde el plan es seguir siempre hacia adelante venciendo a los interminables desiertos, lluvias, hambre, frío y calor… rendirse no es una opción en la bitácora de esta supermujer.
Con emoción nos relata cómo fueron los kilómetros más difíciles, los más hermosos, nos comenta también que ha llorado mucho, pero la recompensa a este sacrificio es que pudo correr con su moto en la salvaje África junto con jirafas y cebras, que conoció gente de muchas culturas y que en el Ecuador la ciudad de Quito se lleva aplausos por su belleza y por su gente.
¿Qué dijeron tus padres cuando se te ocurrió hacer este viaje?
Mis padres me han apoyado desde el principio, han creído en mí. Mi padre es piloto de autos y ha estado siempre en el mundo de la competición. Dije en mi casa… me voy a dar la vuelta al mundo y necesito que cuides a mi perro. Mi mamá está contenta, me sigue por Facebook, la tengo en todas partes.
¿Qué carretera te hizo llorar?
¡Uufffff!, pues he llorado muchísimo en una pista que une la frontera de Etiopía con la capital de Kenia, Nairobi, se llama Moyale Road, son 250 km ‘off road’, una ‘Meca’ de muchos enduristas: es como para un alpinista ir al Everest. A 75 km del final se me rompió la moto, fueron tres días muy duros, tenía hambre, estaba cansada, no había dormido, iba llorando por el camino, me dolía todo el cuerpo, fue lo más duro que he hecho en todo el viaje.
¿Qué paisaje te dibujó una sonrisa?
Sonreí mucho en Australia cuando en una de las carreteras más bonitas miré un koala y me tiré al suelo para hacerle una foto con la moto detrás: Australia tiene unos paisajes increíbles. Luego, en Canadá he visto colores increíbles…un glaciar, el primer glaciar que vi es otra de las cosas que me hizo llorar, pero de emoción. El sol, en Miami he visto unas salidas de sol realmente alucinantes.
Cuando viajas, ¿a quién llevas en tu imaginación como pasajero especial?
Pues a mi abuela, mi abuela ha venido conmigo siempre, ha sido la que me ha dado fuerzas en África para terminar esa parte del viaje. Ella está conmigo cuando alguna vez estoy cansada y pienso ¿por qué te has metido en este lío? En esos momentos de angustia tengo a mi abuela como fiel pasajera.
De todo lo que han descubierto tus ojos, ¿qué descubriste en ti?
Pues mira, yo no pensé que iba a ser tan valiente, creía que iba a ser más cobarde (Alicia quiebra su voz y llora, hay un momento emocionante pero no de tristeza sino de euforia y continúa diciendo) pues mira yo creo que… descubrí eso; que era más valiente de lo que me imaginaba antes del viaje.
¿Qué tal el desempeño de tu motocicleta?
La moto no me ha dado ningún problema mecánico, es una ‘motaza’. Es una máquina que está bien hecha, pensada para viajar y para hacer un poco de ‘off road’. Mucha gente me pregunta si cambiaría la moto para hacer de nuevo el viaje… en principio no, quizás hubiera necesitado una moto más alta pero es mi limitante por mi estatura, pero por el momento no.
¿Qué te ha gustado del Ecuador?
Lo primero, la gente. En la frontera con Colombia me ayudaron a pasar y me abrieron las puertas de sus casas. Me acompañaron en una noche fantástica en la cual escucharon las historias de mi viaje. Una vez en Quito, varios aventureros que comparten el mundo de las motos me llevaron a conocer esta magnífica ciudad, la más bonita que he visto. Quito es espectacular, impresionante. Me gustaría venir con mis padres para que la conozcan.
¿Por qué dices que viajar es una droga para el alma?
Es una frase que la pronuncié en un momento dado y está en el video que hizo un amigo en una productora en Madrid y se lo debí contar a él, lo capturó y lo plasmó en Internet (aliciasornosa.com).
¿Cuál es tu mensaje para aquellos que también sueñan viajar por el mundo?
Que lo más difícil es tomar la moto, meter primera y salir… el único obstáculo que van a encontrar es comenzar. Hay gente que dice “no tengo tanto dinero ni tanto tiempo”. Bueno, un viaje puede ser un fin de semana, un mes. Solo hay que poner la maleta en la moto, llenar el tanque de gasolina y salir con un rumbo no muy fijo, con la mente abierta a que te pase cualquier cosa y poder parar donde veas algo bonito… eso es un viaje.