Con la llegada al país de la variante de cabina doble 4×4 con motor de diésel, la gama correspondiente a la
octava generación de la Toyota Hilux se completó. Esta versión era muy esperada por quienes prefieren esa opción mecánica, por considerarla más adaptada a sus requerimientos específicos.
Hace pocos días, Toyota del Ecuador nos facilitó un ejemplar de la camioneta en cuestión, para someterla a una exigente prueba en las condiciones de uso para las cuales está diseñada y, a partir de ello, comentar nuestras impresiones acerca de su desempeño.
Las cifras de la nueva Hilux diésel sorprenden desde antes de ponerse al volante de la misma. La potencia de 147 caballos del nuevo motor de 2.4 litros representa un aumento de
45 HP respecto del propulsor 2.5 del modelo al que reemplaza. Asimismo, el torque pasó de 260 Nm a nada menos que 400 Nm.
Esto se traduce en una mayor eficiencia, pues un motor ligeramente más pequeño genera un 45% más potencia y un 54% más torque, mientras que el consumo de combustible se redujo un 9%.
Además, la inclusión de un turbocargador de geometría variable contribuye a que el motor ofrezca una respuesta de aceleración muy ágil desde bajas revoluciones.
Diseño. Como lo reseñamos en la edición 1 204 del 10 de octubre, la nueva Hilux presenta un diseño más moderno y estilizado. Además, gracias a dimensiones ligeramente mayores, ofrece un mayor espacio para los ocupantes de todas las plazas.
Como se puede apreciar en las fotos, la unidad de prueba incluía varias modificaciones respecto del modelo base, tales como una suspensión reforzada que eleva la altura de la carrocería, unos neumáticos todoterreno, un ‘bull bar’ delantero, parrilla y faros halógenos, entre otros.
Al mando de la camioneta subimos desde la población de Lloa hasta el refugio del Guagua Pichincha, por un camino de segundo orden que presenta tierra suelta, pendientes pronunciadas y curvas cerradas que ponen a prueba el confort de la suspensión, la fuerza del motor, la practicidad del sistema 4×4, la precisión de la dirección hidráulica y la eficacia de los frenos con sistema antibloqueo.
Respuesta. La camioneta tiene dos modos de operación: ECO y POWER. La primera restringe la entrega de potencia y permite ahorrar combustible, mientras que la segunda proporciona una aceleración más contundente.
Con la intención de ganar tracción y estabilidad durante el ascenso, accionamos la doble tracción en el modo 4H (4×4 de alta velocidad), mediante una perilla selectora ubicada en el costado izquierdo de la consola central.
Esto representa un cambio notable en relación con la Hilux anterior, pues la nueva abandona el tradicional sistema de accionamiento de la caja de transferencia mediante palanca y adopta el moderno mecanismo denominado ‘Shift on the fly’, que permite pasar de 4×2 a 4×4 con el vehículo en movimiento.
Durante el recorrido, tanto de ascenso como de descenso, la Hilux hizo gala de los altos niveles de confort que ofrece a los ocupantes, tanto por su amplio espacio interior como por la bien lograda insonorización de la cabina.
Diésel. La recién llegada variante de diésel es ideal para las aplicaciones de trabajo más exigentes, pues el mayor torque que genera el motor le confiere un gran empuje incluso en las condiciones más exigentes.
El comportamiento dinámico transmite seguridad, pues pese a su longitud resulta sencilla de conducir, y sigue la ruta marcada por el conductor incluso sobre superficies deslizantes. El poderío mecánico de esta camioneta encuentra un complemento perfecto en el diseño exterior e interior, robusto y atractivo en el primer caso, y estilizado y refinado en el segundo.
Estas cualidades, así como los materiales utilizados y la disposición de los elementos, marcan una diferencia notoria entre la nueva Hilux y su antecesora. También la acercan al segmento de los SUV.
La gama Hilux se completa con la disponibilidad de las variantes de cabina sencilla en sus diferentes configuraciones mecánicas, con tracción en dos y en las cuatro ruedas.