Mitsubishi, del caos a la salvación

La sociedad busca recuperar la confianza de los clientes de Mitsubishi en el mundo.

La sociedad busca recuperar la confianza de los clientes de Mitsubishi en el mundo.

Carlos Ghosn (izq.), presidente de Nissan Motor, y Osamu Masuko, presidente de Mitsubishi Motos. AFP

Una nueva sociedad sacudió la actualidad de la industria automovilística hace pocos días. Uno de los mayores grupos fabricantes de vehículos a escala mundial, la alianza
Renault-Nissan, adquirió la mayor parte de las acciones de la firma japonesa Mitsubishi Motors (34%).

Esta es una estrategia de los aliados para consolidarse como una de las agrupaciones con más ventas en el mundo. En este rubro, Toyota y Volkswagen dominaron las transacciones en el 2015 con 10,15 millones y 9,9 millones de unidades, respectivamente.

Las ventas del año pasado, entre Renault-Nissan y Mitsubishi (MMC), fueron de 9,5 millones de vehículos. Carlos Ghosn, presidente de Renault-Nissan, aseguró en rueda de prensa que el objetivo es mantener a las empresas con una independencia total pero con lazos tecnológicos que las potencien. Además, recalcó la importancia de su crecimiento como grupo. "Que no haya confusión, Nissan es Nissan y Mitsubishi es Mitsubishi. Son compañías independientes, con sus propias estrategias y su propia dirección, que apuntan a dar un balance positivo como grupo, al final del año", subrayó enfáticamente Ghosn.

Pero el trabajo conjunto entre Nissan y Mitsubishi no es nuevo,
pues el primer fabricante suministra berlinas a MMC desde hace
varios años ya.

Esta nueva alianza aparece en un momento complicado para Mitsubishi, que se vio envuelta en un escándalo por fraude. La compañía japonesa alteró los datos del rendimiento mecánico de cuatro de sus modelos, para evitar sanciones.

La sociedad busca recuperar la confianza de los clientes de Mitsubishi en el mundo.

Después de varios días de haberse conocido la noticia, la marca reconoció que recurría a pruebas no homologadas desde hace 25 años. El impacto en sus ventas y en su imagen fue devastador para la firma. Sus ventas en el mercado japonés se redujeron al mínimo, mientras que sus acciones cayeron un 40% en la Bolsa de Tokio.

El panorama para MMC no parecía alentador, pero sus directivos aseguraron que podrían salir de la crisis sin la ayuda, como sí ocurrió en el 2000, cuando el fabricante tuvo problemas similares.

El caso de Mitsubishi no es aislado, pues hace varios meses se hizo público que Volkswagen también había modificado los resultados de la eficiencia energética de los motores de varios de sus modelos.

La noticia tuvo repercusión a escala mundial y afectó directamente a la marca en distintos ámbitos. Hasta el momento, continúan las investigaciones por este caso. Las autoridades de varios países, como Alemania y Estados Unidos, han planteado serias demandas en contra de la firma, para que repare el daño causado a sus clientes y al medioambiente. Las reparaciones iniciaron hace pocas semanas.

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