Pablo Endara, una carrera de 18 años
Pablo Endara lleva la mitad de sus 36 años pilotando autos de carreras. Empezó su trayectoria en el automovilismo en 1997, al volante de un ejemplar de la monomarca Mazda 323.
A diferencia de otros pilotos jóvenes, Endara no se inició en el karting. Por ser oriundo de Ibarra, la cercanía del Autódromo José Tobar Tobar de Yahuarcocha le llevó a involucrarse directamente con los autos de turismo.
Curiosamente, el paso previo de Endara estuvo en el ciclismo de montaña. Antes de correr en autos fue campeón nacional de downhill, lo cual, según afirma, fue una muy buena escuela porque le enseñó a dominar los nervios y el miedo a la velocidad y a los riesgos.
En el automovilismo nacional, el imbabureño acredita tres campeonatos de Circuitos, uno en una monomarca, varios vicecampeonatos y terceros lugares en ambas categorías y un segundo lugar en la monomarca Kart Mini, en el 2008.
Endara también tuvo un paso más o menos breve por la categoría prototipos, en la que compitió entre los años 2003 y 2004. En la primera de ambas temporadas no le fue bien, pues el vehículo que había adquirido en Colombia (chasís tubular inglés y motor Renault de 2 000 cm3 con 100 HP) estaba calibrado para el autódromo bogotano de Tocancipá, que es más lento que el de Yahuarcocha.
Al ser exigido en el circuito ibarreño, el chasís sacó a relucir múltiples deficiencias, lo cual se tradujo en abandonos en casi todas las carreras que disputó.
Para el año siguiente, las adaptaciones que se le habían hecho al vehículo mejoraron notablemente su desempeño en pista, al punto de que Endara ya pudo ganar carreras con él y acabó el campeonato local en tercera posición.
El 2005 fue un año irregular para Endara, pues la venta de su prototipo supuso un alejamiento temporal de las pistas.
Durante un buen tiempo, Pablo Endara tuvo el deseo y la intención de salir a correr en el exterior y dedicarse al automovilismo de manera profesional, pero los altos costos de ese deporte frenaron sus aspiraciones.
No obstante, ha sabido aprovechar las ocasiones en las que ha podido representar al deporte ‘tuerca’ ecuatoriano en el extranjero. La primera de ellas se dio en el 2001, cuando el experimentado piloto quiteño Marcelo Ron lo invitó a ser su alternante en las Seis Horas de Bogotá, competencia en la que terminaron en el quinto lugar de la categoría.
Su logro más destacado fue el segundo lugar que obtuvo en la categoría Turismo de la misma competencia, en el 2005, cuando compartió el volante de un Suzuki Forsa con Diego Morán.
No obstante, uno de los momentos más gratificantes de su carrera deportiva llegó en el 2009, cuando después de obtener el vicecampeonato de la monomarca Hyundai Getz del año anterior, recibió como premio un viaje a Argentina para recibir un curso de pilotaje y probar varios autos de competición.
En el autódromo Óscar y Juan Gálvez de Buenos Aires pudo conducir desde un Alfa Romeo hasta un Fórmula 3 con motor 2 000 cm3 y 300 caballos de potencia. Desde entonces, Endara se ha dedicado a desarrollar el Suzuki Forsa 1 en el que desde hace varios años compite en la categoría Turismo Especial 2 (1 150 a 1 400 cm3) del certamen nacional, bajo la dirección de su padre Pablo, reconocido preparador de autos de competencia desde 1987.
Luego de quedar tercero en los dos últimos años, Endara quiere volver a ganar un título nacional en el 2015. También prevé un par de participaciones en competencias de karting, disciplina en la que asegura sentirse muy cómodo.
Pablo Endara sabe que el automovilismo ecuatoriano no atraviesa un buen momento, pues no nota mayor evolución en las últimas dos décadas. “Se mantienen las mismas categorías y los mismos formatos de carrera”, dice.
Para cambiar esa situación, es partidario de adaptar los reglamentos a la realidad del país y así procurar que el automovilismo vuelva a ser un espectáculo competitivo.
“El automovilismo debería ofrecer igualdad de condiciones, así sería más atractivo para el público y más asequible para los pilotos, que también subirían su nivel porque lucharían en pista por décimas de segundo”, concluye.