El mundo automovilístico se desarrolla a una velocidad impresionante gracias a la evolución tecnológica. Cada una de las piezas que conforman un vehículo son obras de ingeniería pura y su cuidado se vuelve más complejo con cada avance.
Es por eso que la industria dedicada al cuidado y funcionamiento de los vehículos también dedica sus esfuerzos al desarrollo de mejores aceites que protejan al máximo los motores, el componente más delicado de estas máquinas.
En un inicio solo se utilizaban aceites de tipo mineral que debían ser reemplazados en un menor tiempo que los nuevos lubricantes de tipo sintético o semisintético.
Estos últimos han mejorado notablemente el tiempo de uso y el rendimiento del vehículo gracias a sus diversas composiciones químicas, producto de las nuevas tecnologías.
Una de las principales ventajas de este tipo de lubricantes, aparte de su tiempo de duración, es su viscosidad. Esta característica permite una mejor adaptación del motor a las temperaturas a las que es sometido en el momento, sobre todo, de encendido y marcha de un vehículo.
Este tipo de aceite es conocido como Multigrado y entre sus bondades está la capacidad de adherirse por un mayor período de tiempo a ciertas piezas que se encuentran en la parte más alta del motor.
De esta forma se reduce el desgaste de componentes a los cuales demora en llegar el lubricante cuando se arranca en frío el vehículo.
Otra de las características innovadoras de los aceites es su propiedad para ‘rellenar’ espacios o huecos ocasionados por la fricción de las partes del propulsor.
Así se garantiza un funcionamiento ideal del vehículo en marcha aún cuando ya tiene un kilometraje considerable.
Este elemento también tiene relación directa con el consumo de combustible, pues, de él depende el correcto desempeño del motor.
En la actualidad, todas las marcas de vehículos trabajan en la reducción del consumo de combustible y, por ende, también se investiga sobre el mejoramiento en la calidad y propiedades de los lubricantes.
No obstante, siempre se debe estar atento a cualquier cambio en el comportamiento del vehículo pues podría tener relación directa con una fuga de aceite o un mal funcionamiento en alguna de las partes del motor.
Realizar controles periódicos con la varilla de medición puede ser una de las mejores alternativas para mantener en perfecto estado un automóvil. Sin embargo, siempre es importante tener la opinión de un experto para evitar cualquier eventualidad.