Un ejercicio de paciencia

El inicio de la construcción de la estación del Metro de la Jipijapa, el pasado martes, motivó el cierre temporal de la avenida Amazonas en el tramo comprendido entre las calles Isla Tortuga y Tomás de Berlanga. Si bien la Agencia Metropolitana de Tránsito habilitó un desvío y cambió el sentido de un par de calles aledañas para causar la menor afectación posible a los usuarios, será inevitable que esta situación altere la normal circulación.

Seis meses durarán los trabajos. Esto obliga a modificar los horarios y, probablemente, hasta las rutas de quienes circulan habitualmente por el sector, para no quedar expuestos a retrasos derivados de la reorganización del flujo vehicular, que casi nunca es tan ágil como antes de los cambios.

No obstante, pese a las molestias que esto genera y como en el caso de la construcción de los intercambiadores de Carapungo y de la Eloy Alfaro y Granados, vale la pena tener paciencia y pensar en el beneficio que la obra reportará en el mediano plazo.

Eso sí, todos los habitantes de Quito esperamos que el Metro constituya una alternativa de movilidad digna, segura y confiable, pues su operación debería contribuir significativamente a la descongestión de una ciudad saturada de autos.

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