Fiat Fullback llegó para retar a los referentes de ese competitivo segmento

La flamante camioneta mediana de la marca italiana busca un lugar en ese competitivo. Foto: Julio Estrella/ CARBURANDO

La flamante camioneta mediana de la marca italiana busca un lugar en ese competitivo. Foto: Julio Estrella/ CARBURANDO

La flamante camioneta mediana de la marca italiana busca un lugar en ese competitivo. Foto: Julio Estrella/ CARBURANDO

En lo que va del año, la eliminación de los cupos a las importaciones de vehículos ha permitido a las marcas renovar sus portafolios de productos, e incluso introducir modelos inéditos para competir en segmentos en los que antes no tenían presencia.

Ese es el caso de Fiat, que desde hace algunas semanas tiene en sus filas a la flamante camioneta mediana Fullback, con la que pretende 'robar' mercado a varios ejemplares consagrados, gracias a sus muy destacadas características.

La Fullback nació de una colaboración entre el fabricante italiano y la casa japonesa Mitsubishi. Es, esencialmente, una L200 de quinta generación a la que Fiat le puso su sello en materia de estética y equipamiento, pues conserva intacta la mecánica de la camioneta nipona.

LA FICHA TÉCNICA

Motor: cuatro cilindros, 2.5 litros turbodiésel

Potencia:
134 caballos a 4 000 rpm

​Torque:
324 Nm a un régimen de 2 000 rpm

Transmisión:
manual o automática de 5 marchas

Suspensión:
delantera de doble horquilla y posterior de eje rígido con hojas de resorte.

Dirección: hidráulica

Respecto de aquella, la Fullback presenta ligeros cambios frontales, que suavizan su apariencia y le confieren una indetidad propia. Las líneas verticales de la mascarilla fueron reemplazadas por otras horizontales, mientras que la toma de aire inferior creció hasta los costados y permitió reubicar los faros neblineros en los extremos.

En el interior hay materiales más agradables a la vista y al tacto, así como mejores terminaciones que contribuyen a incrementar la percepción de calidad del usuario. Y es que, si bien se trata de un vehículo de trabajo, Fiat quiso imprimirle el toque italiano como elemento diferenciador y hasta determinante para quienes aprecian el valor de los detalles.

Por motorización y equipamiento, la Fullback está en condiciones de rivalizar con cualquier ejemplar del segmento, incluso en sus variantes tope de gama. Bajo el capó lleva un motor turbodiésel que se destaca tanto por su funcionamiento suave y silencioso.

No obstante, en la versión equipada con caja automática que probamos, la aceleración en marcha (no en el arranque) tiene un retraso de poco más de un segundo, lo cual puede sorprender a quienes esperen una respuesta más ágil.

Están disponibles tres variantes de la Fullback (entry, semifull y full) las cuales difieren entre sí por la transmisión (manual o automática, ambas de cinco velocidades) y por el nivel de equipamiento. Todas son de doble cabina y cuentan con sistemas de tracción total, que en las manuales se acciona mediante palanca y en la automática mediante perilla ubicada en la consola (sistema electrónico 'shift' o 'the fly').

Al óptimo desempeño de la Fullback sobre superficies irregulares también contribuye notablemente la altura mínima al suelo de 235 mm, que configura un ángulo de ataque de 30 grados y un ángulo de salida de 22 grados.

El manejo es agradable, gracias a un asiento elevado y a un volante que ofrece regulación de altura y profundidad. A partir de la variante semifull, el asiento del conductor incluye regulaciones eléctricas de posición.

En cuanto al equipamiento, las tres variantes cuentan con frenos ABS, airbags frontales, aire acondicionado, radio con pantalla táctil de 6,1 pulgadas y conexiones USB y bluetooth y cámara de reversa.

Las versiones más exclusivas añaden estribos laterales, manijas de puertas y retrovisores exteriores cromados, llave inteligente con apertura remota de puertas y encendido por botón, volante multifunción, climatizador automático, asientos, volante y palanca de cambios forrados con cuero, etc. 

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