Desde la izq.: José Rizzo, Alexa Sánchez y Isaac Cornejo, después de una práctica. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Alexa Sánchez cuenta las horas del día para llegar a la piscina olímpica Alberto Vallarino, de Fedeguayas, e iniciar sus prácticas. La joven de 14 años siente libertad cada vez que entra al agua, por eso no puede ocultar su sonrisa cuando habla de la natación.
A las 15:00, tras finalizar las clases en su colegio, llega al complejo ubicado en el centro de Guayaquil para mejorar sus brazadas. Entró a una piscina por primera vez a los 9 meses de edad, debido a su discapacidad física; siente que eso le da ventaja sobre sus rivales en las competencias.
Hija de padres migrantes, nació en España y a los 9 meses sufrió un derrame cerebral que le generó paraplejia y atrofia en la parte inferior de su cuerpo. Debido a su condición regresó al país para realizar los tratamientos médicos y quedó al cuidado de su abuela materna, María Guamán.
“Siempre estuvo en el agua por sus tratamientos, para mejorar la rigidez de su cuerpo luego aprendió a nadar y ahora esto es su pasión. Es muy optimista, su condición no la hace amilanarse, por el contrario es su fortaleza”, contó la abuela de la menor.
Sánchez conformó la selección ecuatoriana que viajó a Medellín, en mayo, para competir en el Open Internacional de Natación Sordolímpico y Paralímpico, en el que consiguió dos medallas de plata.
Debido a su condición, camina sobre las puntas de sus pies. Lo hace con gracia, siempre con una sonrisa. Debido al contacto con jóvenes con discapacidad auditiva aprendió el lenguaje de señas, ahora ayuda a los entrenadores de la federación como intérprete de sus compañeros.
José Rizzo, que admira a Michael Phelps, suele nadar en la piscina olímpica de la Federación Deportiva del Guayas. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Su experiencia en el lenguaje de señas le sirvió para acercarse a José Miguel Rizzo, joven con discapacidad auditiva, que también viajó a territorio colombiano para competir en el Open.
Rizzo ingresó a la natación por gusto propio. Admira a Michael Phelps, multimedallista olímpico, y su deseo de emularlo lo llevó a las piscinas de Fedeguayas. Al igual que Sánchez llega acompañado, en su caso es su madre quien lo lleva a las prácticas.
Rosa Alarcón, madre del nadador, cuenta que tuvo que ahorrar dos meses para costear el viaje de su hijo a Colombia, con los ingresos que recibe por conducir un expreso escolar y vender comida en su barrio. Su esposo falleció hace 12 años y ella es el sostén de su hogar.
“Él aún está aprendiendo a comunicarse con señas, porque cuando era niño no le enseñaron en la escuela. Pese a eso se hace entender, es muy amiguero”, contó la mujer, que se emociona cada vez que se le consulta sobre los logros del menor.
El esfuerzo de su madre motivó a Rizzo, que fue el deportista más destacado de la delegación ecuatoriana en Medellín. Se colgó ocho medallas, cuatro fueron doradas, tres plateadas y una de bronce.
“Me emocioné mucho porque fue mi primera salida del país, estaba motivado y sabía que podía ganar”, dijo Rizzo mediante señas, mientras su amiga Alexa lo interpretaba, a un costado de la piscina.
Junto a ellos estaba Isaac Cornejo, que también formó parte de la selección nacional que participó en el Open colombiano. Él subió al podio en tres oportunidades, obtuvo una presea de plata y otras tres de bronce.
Cornejo es más tímido que sus compañeros, conversa mirando al suelo y con un tono de voz bajo. Para él, obtener las medallas fue una sorpresa porque aunque confía en sus condiciones sentía inseguridad al entrar al agua.
“Es un chico más bien reservado, la gente lo mira diferente y él se cohíbe un poco, pero es muy cariñoso y responsable”, contó Betty Meza, madre del nadador de 14 años. Ella cuenta que su hijo nació con espina bífida, lo que generó una desviación en su columna.
A los 3 años aprendió a nadar, como terapia para mejorar su condición. Meza cuenta que tuvo que renunciar a su trabajo para dedicarse a su hijo a tiempo completo, sin embargo, califica al deportista como un joven independiente.