Christian Benítez revela cuál es la receta que utilizó para mejorar en su cabeceo: sigue los consejos que le dan su padre, Ermen Benítez, y el ex ariete de la Selección, Agustín Delgado.
“Realmente me entreno mucho porque me gusta mantenerme bien”, comentó el atacante del América mexicano el pasado miércoles a este Diario. Allí reveló que conversa permanentemente con su padre y con el ‘Tin’ sobre sus movimientos y en cómo anticiparse a los zagueros.
‘Chucho’ es un goleador destacado en los torneos mexicanos. Su corpulencia le sirve para retener el balón, su explosividad en el área y la precisión en el cabeceo, hacen que sea considerado uno de los delanteros más completos que ha llegado en los últimos años al fútbol azteca.
Su crecimiento ha sido sostenido. Así lo detalla César Benalcázar, preparador físico de El Nacional y quien lo formó en el plantel criollo desde que el delantero quiteño llegó al equipo profesional con 16 años (ahora tiene 27).
En ese entonces, según el PF, el ariete pesaba 68 kilos y no tenía buena musculatura. Pero por sus condiciones técnicas con el balón, más la referencia goleadora que dejó su padre en el club militar, recibió la oportunidad.
Según la primera valoración que realizó Benalcázar, el delantero “tenía un promedio de grasa corporal del 20%”. También “carecía de ritmo de juego”.
Con las prácticas y la escalada de etapas, ‘Chucho’ tonificó su cuerpo y mejoró sus destrezas. Entre el 2004 y el 2007, cuando jugó en Primera por los rojos, Benítez incrementó su masa muscular en un 90%, en relación con la que tenía cuando arribó al club, según los datos que aún posee el profesional en su laptop. “Alcanzó niveles superlativos”, resaltó su ex preparador físico.
En julio del 2007 pasó al Santos Laguna mexicano, en donde continuó con su crecimiento físico y futbolístico. Para ese entonces, en los registros de Benalcázar, el atacante obtuvo un nivel reducido del 11% de grasa corporal.
“Nos llamaron desde México para felicitarnos por el trabajo que habíamos realizado en el club con Benítez”, agregó el preparador físico de los criollos, quien bajo su tutela tuvo a ‘legionarios’ como Félix Borja, Segundo Castillo y Antonio Valencia.
Tras brillar con el cuadro lagunero como campeón del Clausura mexicano 2008 y goleador de ese mismo torneo, el club inglés Birmingham se fijó en él. Fue allí donde aprendió a tonificar aún más su musculatura, a disciplinarse en los entrenamientos. De ello da testimonio Carlos Velasco, preparador físico de la Selección.
“Da gusto entrenar con él porque entrega todo, no se guarda nada. Y eso lo aprendió en Inglaterra”, cuenta el asistente de la Tricolor. El gimnasio se convirtió en uno de sus mejores aliados en este desarrollo físico.
En la Tricolor, luego de Luis Antonio Valencia, Benítez es el jugador más explosivo y de mayor velocidad en el movimiento del cuerpo. Pero lo más importante es que “no tiende a lesionarse con frecuencia”, un hecho que destaca Velasco.
Actualmente, su masa muscular es del 63,79% en el método de medición Yuhanz y 63,52 en el Faulner, mientras que su nivel de grasa corporal está por debajo del 5,7%, en el Yuhanz, en la última valoración que realizó este año el preparador físico Velasco.
Su salto también lo perfeccionó con la guía de su progenitor y de Delgado, más el trabajo que realiza en los entrenamientos (ver cifras). Son estas virtudes las que lo convierten en un jugador clave para la Selección, como el DT Reinaldo Rueda mismo lo considera.
Durante esta eliminatoria, Benítez ha aportado con cinco tantos, cuatro de ellos de cabeza.