Desde el punto de llegada en el Estadio Olímpico Atahualpa. Foto: EL COMERCIO
Los atletas con capacidades especiales empezaron a llegare al estadio Atahualpa, bajo un fuerte sol y en medio de los aplausos de los aficionados que están en los alrededores.
Jóvenes, niños, adultos, varones y mujeres con síndrome de Down, personas no videntes, acompañados por familiares dan su máximo esfuerzo por llegar a la meta.
Con prótesis en las extremidades, tomados de los brazos, con andadores de ruedas… no importa la limitación para estos héroes que a paso firme pasaban por la avenida Naciones Unidas, cerca del estadio. Adentro, las gradas empezaron a llenarse paulatinamente y allí también los recibió una ovación.
Entre tanto, los atletas de élite que partieron a las 8:30 compiten por el primer lugar.
La música de los artistas invitados matizan la espera por el arribo de los deportistas. Parasoles, globos rojos y gorras sobresalen entre los espectadores, que aplauden a los atletas con discapacidad y especiales que llegan a la meta.
En los exteriores, la venta ambulante aprovecha para expender los famosos cevichochos, bebidas hidratantes y otros dulces. Las familias enteras se pasean en los alrededores y otros se acercan al ingreso principal del escenario deportivo.
Los integrantes de la Policía Metropolitana también se prestó para ayudar a los competidores, para guiarlos hasta las gradas en el sector sur, mientras que la Policía Nacional vigila las vías de acceso para impedir que personas particulares invadan la pista.