Ahora la atención se centra en FCA

Sergio Marchionne, principal de FCA, se mostró indignado por las acusaciones de la EPA.

Sergio Marchionne, principal de FCA, se mostró indignado por las acusaciones de la EPA.

Sergio Marchionne (cent.), principal de FCA, se mostró indignado por las acusaciones de la EPA. Foto: EFE

La compañía automovilística ítalo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA) fue acusada por las Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) de haber manipulado los motores de 104 000 vehículos equipados con motores de diésel en ese país, para minimizar el nivel real de sus emisiones contaminantes.

De acuerdo con las autoridades estadounidenses, el grupo instaló un programa controvertido en sus modelos Jeep Grand Cherokee y sus camionetas Dodge Ram 500, fabricadas entre el 2014 y el 2016.

“Una vez más, un gran fabricante automotor tomó la decisión comercial de eludir las reglas”, afirmó Mary Nichols, jefa de la Agencia Californiana de Protección del Medioambiente, que participó en la investigación ancabezada por la EPA.

En septiembre del 2015, en la estela del escándalo de Volkswagen, la agencia implementó nuevas pruebas que mostraron que estos vehículos expulsaban al aire niveles aumentados de óxidos de nitrógeno, gases a los que se les atribuyen múltiples afecciones respiratorias.

“El hecho de disimular un programa que afecta las emisiones en un motor constituye una grave violación de la ley, que puede traducirse en una contaminación nefasta del aire que respiramos”, comentó Cynthia Giles, una de las funcionarias de la EPA, citada en un comunicado.

La agencia federal indicó que el grupo podría enfrentar “penalidades civiles” de hasta USD 4 000 millones, aunque aclaró que las investigaciones continuarán para determinar si el software de esos autos incorpora “programas manipuladores” prohibidos por la ley.

Fiat Chrysler no tardó en responder y divulgó un comunicado en el que rechazó las acusaciones, asegurando su respeto a las “condiciones exigidas” y negando cualquier trampa. Además, la empresa se declaró “decepcionada” por el anuncio de la EPA.

“FCA US espera con impaciencia demostrar que su estrategia de control de emisiones está correctamente justificada y no se asemeja a un programa manipulador”, puntualizó el grupo mediante un comunicado.

FCA remarcó la nota indicando que “ha pasado meses aportando información voluminosa en respuesta a las solicitudes de la EPA y otras autoridades gubernamentales, y ha buscado explicar su tecnología de control de emisiones a los representantes de la EPA”.

Posteriormente, el presidente y director ejecutivo de Fiat Chrysler, Sergio Marchionne, se refirió a las acusaciones de la EPA. “No tratamos de violar la ley. Estamos tratando de hacer un trabajo honesto”, y agregó que el problema podría resolverse de una manera que esté “más en sintonía con el mundo de los negocios”.

Un día después, en una entrevista con medios italianos, Marchionne dijo que “Quien nos compare con Volkswagen se ha fumado algo ilegal. Ellos instalaron un artefacto que distinguía si el coche se estaba sometiendo a un test o si estaba circulando; nuestro software siempre se comporta de la misma manera”, según recogió el diario La Reppublica.

Las acusaciones de la EPA se conocieron un día después de que Volskwagen admitiera su culpabilidad en el “dieselgate” y accediera a pagar USD 4 300 millones para archivar el caso civil y penal con el Gobierno estadounidense. Como parte del acuerdo, VW se declaró culpable de una conspiración para estafar a sus clientes en EE.UU. que se prolongó por más de 10 años.

El anuncio de la EPA causó una caída de las acciones de FCA en Wall Street de más de un 13% y la suspensión temporal de su cotización, aunque luego se recuperó levemente. La cotización de las acciones de FCA también fue suspendida de manera temporal en la Bolsa de Milán, y cayó más de un 16%.

Fiat Chrysler manifestó su intención de trabajar con la Administración entrante del presidente Donald Trump, quien tomó posesión de su cargo ayer, para “resolver este asunto de forma justa”.Este podría ser el primer caso que revele las intenciones de Trump, quien ha fustigado insistentemente el peso de las regulaciones ambientales en la actividad económica, al tiempo que la EPA y los legisladores republicanos sostienen una pugna feroz sobre el tema en el Congreso.

En el inicio del Salón del Automóvil de Detroit, FCA se congració con Trump al anunciar la cancelación de la construcción de una planta de USD 1 600 millones en México, invertir esa suma en Estados Unidos y crear 700 empleos.

Mientras tanto, FCA también está en el punto de mira en Bruselas, donde la Comisión Europea consideró las acusaciones de la EPA contra la compañía como “preocupantes”.

Por su parte, Corporación Maresa Holding, representante en Ecuador de Fiat Chrysler, dio a conocer que ninguno de los modelos que las diferentes marcas del grupo comercializan en el mercado nacional se ve afectado por las acusaciones de la EPA.

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