Hinchas ecuatorianos en Buenos Aires, horas previas al partido en que la Tri derrotó 2-0 a Argentina. Foto: Jorge Luis Rubio
Las eliminatorias sudamericanas rumbo a Rusia 2018 empezaron con poca emoción en Buenos Aires, capital argentina. Los gauchos consideran a los encuentros previos al Mundial como mero trámite. Ellos dan por descontado que su Selección se clasificará a la cita mundialista, y quizá por eso no le otorgaron mayor interés al choque contra Ecuador.
Las actividades en la ciudad se desenvolvieron con normalidad, no había la euforia que se vive antes de un clásico Boca vs. River Plate, por ejemplo.
A esto hay que sumar que el país se apresta a vivir las elecciones presidenciales, el 16 de octubre, por lo que la atención principal sigue enfocada en la campaña política.
De igual forma, los medios de comunicación pusieron énfasis en la coyuntura que vive Lionel Messi, ya que a su lesión de rodilla se sumó un juicio por evasión fiscal en España, donde piden hasta 22 meses de prisión para el ‘crack’ del Barcelona catalán. Messi y el papa Francisco son dos de los temas más recurrentes de la prensa porteña.
Los argentinos hablan mucho de fútbol en su cotidianidad, pero siempre enfocados en sus equipos y en sus principales figuras. De Ecuador conocen poco, no solo en el ámbito deportivo sino también en las ramas política, social y económica.
Conseguir información de Ecuador en los grandes medios argentinos es tarea complicada. Siempre hay que recurrir a la Internet.
La pocas conversaciones que los argentinos generaban en torno a Ecuador era cuando se encontraban con algún hincha con camiseta amarilla, que paseaba cerca de las instalaciones del Hotel Intercontinental, donde se hospedó la Tricolor para el partido que se jugó ayer en Buenos Aires.
Los porteños pronosticaban un triunfo de su Selección, pero no abultado. La ausencia de Messi condicionaba el criterio de los espectadores. “Solo ganamos 1-0 hoy”, bromeó Carlos López, mientras intentaba vender unos mates a tres ecuatorianos que caminaban por la calle Florida, en el centro de la urbe.
Mientras tanto, en el hotel de la Selección ecuatoriana el ambiente era distinto al de los dos días anteriores. Más de 50 hinchas se acercaron a pedir autógrafos y fotos a los jugadores. Las banderas y camisetas amarillas colorearon la sala de espera del Hotel Intercontinental, donde se alojó la Tri.
Vinicio Luna y Pedro Mauricio Muñoz, quienes coordinan la logística de la FEF, fueron los más atareados, ya que alistaban los detalles de última hora y hasta atendían pedidos de algunos hinchas, quienes solicitaban entradas.
A la concentración nacional también llegaron personajes de la política, quienes se identifican con el fútbol. Alfonso Harb, expresidente de Barcelona, llegó con su esposa a saludar a la delegación.
También estuvo presente el superintendente de Comunicación, Carlos Ochoa, quien es hincha de Emelec y no se pierde un solo partido de la Tricolor. Ochoa arribó solo pero fue recibido en el vestíbulo del hotel por Vinicio Luna, coordinador de Logística de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), quien luego lo invitó a saludar a todos los presentes.
Tanto Harb como Ochoa compartieron conversaciones con los principales dirigentes de la FEF.
Los hinchas ecuatorianos tomaron varias rutas para dirigirse desde el hotel hasta el barrio de Núñez, que se encuentra en la zona norte de Buenos Aires. La línea D del subterráneo fue uno de los transportes más usados, por su velocidad y conexión para llegar a ver el juego que se realizó anoche.
Otros, que llegaron auspiciados por los patrocinadores de la Selección, fueron trasladados en furgonetas previamente contratadas, que los trasladaron al estadio.