Hay un popular adagio que dice, lo que mal empieza… mal termina. De inicio cayó goleado ante Emelec (3-0) y en las cinco primeras fechas apenas ganó un cotejo, un presagio de lo que se le vendría al cuadro ambateño durante este año.
El castigo por su mala campaña fue el descenso a la Serie B, en el curso de un año turbulento. Por su banco desfilaron cuatro técnicos y ninguno fue capaz de levantar el nivel del equipo: Fabián Bustos, Armando Osma, Óscar Pacheco y Christian Gómez.
Adicionalmente, en la mitad de la temporada, el colombiano Osma depuró la nómina y fue él quien más padeció con el riesgo de bajar de categoría, porque empató 10 cotejos y perdió 12 de los 24 que dirigió (los otros dos ganó).
Y al salir del equipo ambateño, disparó contra la organización del club, sin precisar nombres ni otros detalles. Solo lamentó por “temas extrafutbolísticos” que complicaron la campaña del Macará. Juntando las dos etapas, los guaytambos culminaron últimos.
Adicionalmente, este club también estuvo involucrado en esa crisis económica que se apoderó de los equipos. El plantel de futbolistas, tal como ocurrió en el Quito, en el Cuenca, en El Nacional… tampoco se entrenó en determinados momentos, en protesta porque no recibían sus salarios.
Encima, careció de fortuna porque fichó al delantero argentino Marcos Pirchio buscando solución a su ‘anemia’ de gol y terminó suspendido por la Ecuafútbol, con un mes y un partido. Encima, siempre tuvo poca asistencia en el estadio.
El presidente del equipo, Miller Salazar, solo lamenta lo que vivió su equipo este año y prefiere proyectarse para la próxima temporada en la Primera B. “Creo que es necesario que un equipo toque fondo para recuperarse y volver con éxito. Eso nos pasó a nosotros. Futbolísticamente fue un temporada nefasta”, admitió.
“Las lesiones de algunos jugadores, expulsiones, la suspensión de Pirchio influyeron para que termináramos en un nivel deplorable”, continuó en su reflexión.
La intención del Directorio celeste será priorizar el trabajo con las divisiones menores, acogerse al plan de reducción de presupuesto como pretenden hacerlo la mayoría de equipos y “luchar por regresar lo más pronto”, agregó Salazar.
“Tenemos una base de 20 jugadores. Habrá que tratar de no equivocarse en los jugadores extranjeros y sumar dos o tres nacionales. Debemos rearmarnos e ir el próximo año con la ilusión de volver lo más pronto a la Serie A”, sentenció el directivo, que jamás realizó una autocrítica a su gestión.