Ecuador vira al catenaccio

El amistoso con Holanda ha dejado sensaciones mixtas. Unos están muy optimistas por lo estupendo que la Tricolor realizó la transición de defensa a ataque, en especial durante los 20 primeros minutos del partido.

Rapidez, verticalidad y sorpresa fueron los ingredientes que se vieron. Con más precisión en los metros finales (Énner Valencia la otorgaría), Ecuador podría ser temible.

Aprobado. El bando de los preocupados está alimentado por lo descuadernada que luce la zaga, sobre todo por parte de los centrales.

Como Erazo y Guagua son los mejores del país en sus puestos, se teme que los suizos y los franceses se impongan por arriba, con pases cruzados y con centros que carezcan de cobertura. Bastan tres córneres para que ocurra el desastre.

Reprobado. En realidad, eso no es lo más importante que dejó la prueba con el equipo de B de la 'Oranje'. Lo más llamativo ha sido el esquema supremamente especulativo de Reinaldo Rueda.

¿Ecuador jugará ante Suiza y Francia así, agazapado, de contragolpe, regalando el medio campo, sin presionar desde el fondo y acabando el duelo con cinco defensas?

De repente, Rueda se vuelve exquisito exponente del catenaccio. Puede ser que, después de todo, sea realista admitir las debilidades propias y sea más sabio esperar.

Ecuador no es el favorito del Grupo E, no ha podido jugar bien 90 minutos seguidos desde el empate con Argentina del año pasado y el tiki-taka es para artistas, no para atletas. Puede dar resultado. Pero deberíamos jugar de azul y no de amarillo.

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