El verdadero campeón

En el último mundial, se coronó campeón Alemania. Subió al podio y alzó la copa.

Orden, disciplina, constancia, son algunos de las fortalezas de este equipo, que incluso supo aprovecharse de la disputa entre Brasil y Argentina, sus rivales directos.

Lo que para muchos pudo haber sido simplemente una broma, es y ha sido un desgaste de energía innecesario porque perdieron los dos. Talvez si la gente de Brasil y Argentina se unían para apoyar a sus equipos esa energía se hubiera potenciado para bien.
En el deporte, muchas veces solo importa ser primero, ganar, o incluso que el otro pierda para así colgarse una medalla y recibir un trofeo o un premio económico. Cuando la competencia la enfocamos hacia afuera equivocamos el camino porque no es real y no hay crecimiento.

La clave debe ser vencer nuestros celos, envidias, nuestros complejos, dudas y temores. Es ponernos cada día una meta de crecimiento interior. Entonces si podremos disfrutar del exterior.

Si el fútbol es una forma de vivir, los entrenadores deberíamos formar y educar con esa visión.

Por ello si profundizamos un poco veríamos que en la vida hay varios campeones, pero sin corona. Esos son los campeones de verdad, aquellos que en cada cosa que hacen dan su vida. Como aquel que da con el corazón sin esperar nada a cambio, aquel que con humildad acepta una derrota, se levanta luego de caer y puede obtener un mensaje de ello, aquel que simplemente es feliz.

Porque al final del camino es lo único que nos podremos llevar.

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