Imagen exterior del estadio Vicente Calderón que por cerca de 50 años fue la casa del Atlético de Madrid. Foto: Wikicommons
El Atlético de Madrid disputará mañana su último partido oficial en el estadio Vicente Calderón, su templo durante las últimas cinco décadas, en un encuentro ante el Athletic de Bilbao que promete emoción y nostalgia.
Inaugurado del 2 de octubre de 1966 como Estadio Manzanares y rebautizado cinco años después con su actual nombre, el Calderón cerrará sus puertas convertido en un ícono del fútbol español y de la ciudad de Madrid.
Sobre su césped y entre sus paredes se esconden páginas y páginas de historia. Con el Atlético ya clasificado a la Champions League, el duelo de mañana se presenta como una excusa para vivir un “fiesta inolvidable“, tal como propuso hoy el propio el club rojiblanco en su sitio web.
El Atlético adelantó, por lo pronto, que “antes del inicio del choque se desplegará un enorme mosaico formado por 45.000 cartulinas“. Y tras el partido se rendirá homenaje a “los jugadores que han hecho grande el estadio Vicente Calderón”, así como a la propia afición atlética, una de las más pasionales de España. “El Calderón es parte de la historia de mi vida”, dijo hoy Diego Simeone, entrenador del Atlético y uno de los grandes emblemas del club.
“Siempre me quedará el gol del Albacete como recuerdo tremendamente emocionante. Posiblemente sea el punto más alto de mi etapa como futbolista”, recordó hoy el “Cholo” el gol que anotó en 1996 y que permitió a su club lograr su primer título de Liga en dos décadas. El Calderón fue inaugurado hace 50 años con un Atlético-Valencia que acabó 1-1. El gol de los rojiblancos lo marcó el fallecido Luis Aragonés, otra de las leyendas del club.
Entonces, el estadio se llamaba Manzanares por estar a orillas del río que lleva ese nombre. Sin embargo, en 1971 los directivos decidieron cambiar su denominación en honor a Vicente Calderón, el presidente que impulsó la reanudación de las obras del coliseo iniciadas en 1959. El Atlético se jacta de contar con la distinción de “cinco estrellas” de la UEFA, la máxima categoría de los recintos futbolísticos en Europa.
Pero lo cierto es que el estadio necesitaba una modernización y el Atlético se mudará a partir de la temporada que viene al Wanda Metropolitano, una instalación que contará con más comodidades y con el lucrativo auspicio del conglomerado chino. El duelo ante el Ahtletic, que se juega su clasificación a la Liga Europa, será el último del Atlético en su histórica casa, pero el estadio aún tiene algunas funciones reservadas.
El 27 de mayo será sede de la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Alavés y un día después se jugará un partido de despedida que contará con tres generaciones del club y la bendición del papa Francisco.
Durante junio, aún se realizarán algunos conciertos musicales, una de las funciones que también distinguieron a lo largo de su historia al templo rojiblanco, que vio desfilar a artistas como los Rolling Stones, Michael Jackson, Paul McCartney, U2 o AC/DC. Y luego sí, será derribado para construir un nuevo barrio en la ribera del Manzanares.
Pese al cambio de casa, Simeone aseguró que el nuevo estadio mantendrá el mismo calor y con el tiempo se convertirá en un ícono como lo fue el Calderón. “Las emociones se transmiten, la misma gente que está acá hoy estará en el día de mañana en el Metropolitano.La pasión no se negocia y el día de mañana el Metropolitano será nuestra casa como lo fue el Calderón”, prometió el entrenador.