Apenas pisó la cancha sintética de la Universidad Central, Monserrate Ramón se despojó de su mochila y de la ropa que usa para ir a clases. En segundos se colocó sus pupillos, casaca y pantaloneta. Después, apresuró su caminar para calentar sus músculos antes de reunirse con sus compañeras en la cancha y patear el balón.
Ramón, de 23 años, estudia Agronomía, en Tumbaco, y cumple con esta rutina todos los miércoles y jueves. Cuando el tiempo se lo permite incluye otros días de la semana en su entrenamiento.
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Liga Deportiva Universitaria Amateur. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO
Monserrate, defensa central, juega desde los 5 años. Los tres últimos lo ha hecho defendiendo la camiseta de Liga Deportiva Universitaria Amateur. Este equipo, precisamente, es uno de los 16 que jugará en el Campeonato Nacional Femenino, que empezará este sábado.
La organización del torneo tiene emocionadas a las pupilas de Jenny Herrera, de 41 años. Ella se graduó de directora técnica en el 2012. En la década de los noventa, en cambio, se recibió de tecnóloga médica, en el área de Saneamiento Ambiental.
Por su “amor” al deporte, dice, se dedicó a su segunda profesión. Herrera jugó en Liga Deportiva Universitaria Amateur como arquera y desde hace seis años lleva la batuta del club femenino.
Los tres primeros años dirigió sin recibir una ayuda económica. Hoy, tiene seguro médico y un sueldo. Ese dinero, muchas veces, le sirve para invitar a Miguel Basantes, su asistente técnico, a almorzar. El estudiante de cuarto semestre de Cultura Física se vinculó hace dos semanas.
El club universitario está conformado por 35 futbolistas, entre ellas, Sarahí Valle, Nicole Arroyo, Camila Cevallos y Joselyn Salas, integrantes de la Sub 17 nacional. Ellas viajaron la noche del pasado miércoles a Guayaquil para participar en un microciclo.
Antes de tomar el avión rumbo a esa ciudad, las cuatro deportistas se entrenaron con Herrera, a quien consideran una amiga. “Ella siempre nos da consejos y está pendiente de nosotros”, dijo Cevallos, arquera.
Las pupilas de la DT practican desde inicios de año, pero los horarios no están definidos. Herrera se adapta a los tiempos libres de sus dirigidas. Los martes y jueves, por ejemplo, sus chicas se entrenan de 10:30 a 12:00. Los miércoles y jueves trabajan de 15:30 hasta las 18:00. Los deportistas que no llegan a alguno de esos horarios se entrenan a partir de las 18:10. Herrera usualmente abandona las canchas sintéticas a las 21:00.
A esa hora terminan también su jornada de entrenamiento las integrantes del club Espuce, dirigido por Mauricio García.
Cuando el técnico no llega a las prácticas por cumplir con otras obligaciones, Esteban Terán, su asistente, lo suple. Junto a él trabaja Mabel Velarde, preparadora física, especializada en Argentina y DT de las categorías femeninas de fútbol de la Concentración Deportiva de Pichincha.
El pasado jueves, Terán y Velarde entrenaron al equipo en una de las canchas del parque La Carolina. Allí, trabajaron la parte física y táctica, desde las 19:15.
En la práctica, las 18 deportistas lucieron risueñas, animadas. Estaban cansadas después de una jornada de estudios y de trabajo, pero aún así ejecutaron con precisión las indicaciones que impartieron Terán y Velarde.
Están felices, dice Carla Rivadeneira, de 29 años, porque el fútbol les ayuda a relajarse y distraer la mente. Además, porque competirán en el Nacional, “un sueño hecho realidad”.
Por participar en ese campeonato, el primero en la historia del país, es que aceptan sin problemas los horarios de entrenamiento. Rivadeneira retorna a su casa cerca de las 22:00. Ella vive en el valle de Los Chillos.
El dinero para costear su movilización sale de su bolsillo, así como el que utiliza para comprar bebida hidrante.
Lo mismo sucede en el Quito FC, otro de los clubes que actuarán en el Nacional Femenino.
En este equipo, que suma recién tres semanas de trabajo junto al técnico César Zambrano, ex-DT de la selección femenina, se entrena por ahora en la cancha de la Liga El Salvador.
En esa cancha, en el centro norte, ensayan desde las 18:00 por gestión del estratega. “Solicité la cancha y tuve toda la apertura”.
Zambrano aceptó la dirección de este club después de pensar la propuesta durante una semana. Dijo que sí, según él, porque durante 15 años se ha dedicado a promocionar el fútbol femenino.
Tras aceptar el ofrecimiento, Zambrano habló con jugadoras de distintas provincias. Ellas aceptaron gustosas.
Una de esas integrantes es Fernanda Villacrés, quien es profesora de educación física en el Colegio La Dolorosa. Juega desde que era niña y hoy, con 31 años, espera hacer historia con su club.
Aunque desde ya mira un torneo difícil, Ana Carolina Lara y sus dirigidas también esperan destacarse en el Nacional.
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Club Universidad San Francisco de Quito. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO
Lara asumió la dirección técnica del club USFQ a inicios de este año y se adjudicó la última copa del torneo que organiza la Universidad San Francisco de Quito.
La técnica de 23 años también está contenta con la llegada del campeonato. Pero además del cupo a la Libertadores, el máximo premio para las ganadoras, espera que la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y el Ministerio del Deporte le den continuidad al torneo Nacional.
Por ahora, el Ministerio costeará la movilización de los clubes cuando jueguen en condición de visita, hospedaje y alimentación. También entregará los uniformes de competencia y prácticas, con una inversión de USD 189 198.
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Liga El Salvador Foto: Bolívar Vásquez/EL COMERCIO