Sus amigos han empezado a llamarle ‘Silver Surfer’, tal como el musculoso personaje plateado de Marvel, que aparece junto a los Cuatro Fantásticos en cómics y películas.
Pero Esteban Espinoza no tiene superpoderes y tampoco cuenta con una tabla de surfear. El apodo viene por las ocho preseas de plata que ha sacado en competencias internacionales en las categorías juvenil y sénior: el Panamericano sénior de karate de Guadalajara y el de Quito; el Sudamericano de Lima, los Odesur realizados hace 10 días en Santiago…
La plata, aquel preciado metal noble, se entrega en forma de medalla en los torneos deportivos a aquellos competidores que quedaron segundos, los que perdieron la final.
Caer en la prueba definitiva es una sensación dolorosa para un deportista. El mismo karateca lo reconoce y lanza una sentencia: “las medallas de plata ya me saben a poco. Quiero concentrarme para ganar el oro”. Su único triunfo en competencias internacionales lo consiguió en los Juegos del Alba, en el 2011.
Espinoza quiere torcer la historia a su favor. Está enfocado en llenarse de oro en las próximas competencias. Así lo dice mientras camina por el complejo de la Concentración Deportiva de Pichincha, de la mano de su novia Jhoselin Maldonado, quien trabaja como enfermera, pero que, en su etapa colegial, también abrazó el karate como deporte.
Ambos se conocieron sobre el tatami (superficie de polímero en la que se realizan las competencias) y empezaron a gustarse. Ahora, Maldonado es su principal fan y, cada que su trabajo lo permite, acompaña al deportista en sus competencias y entrenamientos. El 8 de marzo recibió un mensaje de WhatsApp de su novio tras caer en la final de los juegos Odesur ante el argentino Franco Icasati. Estaba molesto por la derrota.
“A Icasati le gané en los Iberoamericanos de República Dominicana. Se desquitó esta vez, pero ya tendremos la revancha, estoy con la pica”, dice el deportista que lleva 13 años practicando karate.
El karate como defensa
Muchos padres deciden involucrar a sus hijos en las artes marciales para aplacar su energía e hiperactividad. Otros lo hacen para que los niños aprenden a defenderse de posibles ataques.
Los padres de Espinoza están en el segundo grupo. El actual campeón nacional de los 75 kg (ostenta el título local desde el 2006 hasta la actualidad) empezó a usar kimono a los 11 años como una estrategia de defensa. Así lo cuenta su entrenador de toda la vida, el senséi Rommel Armijos del club IKA.
“Vino con su mamá cuando era pequeño. Pese a ser un niño alto y de buen físico era muy calmado. Tan calmado, que no respondía a ciertas agresiones”, dice el senséi.
Su papá complementa esa versión. Relata que un día, un niño le pegó en la escuela. Él fue a su casa a contar lo que había sucedido y, casi en puntillas, a pedir un consejo respecto de cómo obrar. “Yo le dije que debía defenderse”, asegura Julio. El infante Espinoza fue al día siguiente a su escuela, propinó un golpe a su compañero y el asunto quedó zanjado. “Ahora los dos son amigos”, añade el padre del deportista.
El karateca es considerado un deportista calmado, alejado de las polémicas e introvertido. Decía el entrenador de fútbol Francisco Maturana que “se juega cómo se vive”. La frase le calza bien a Espinoza, quien en los combates prefiere el repliegue al despliegue. Lo suyo es el contragolpe.
Cuando empieza un combate, Espinoza mantiene la guardia y espera sigiloso que su rival dé el primer paso, que haga el primer movimiento, para luego responder con un golpe certero que le otorgue puntos para ganar la competencia.
El karate requiere de mucha concentración y fortaleza mental. Antes de los combates, el deportista quiteño sufre mucho. Se angustia. Solo se siente liberado cuando el combate empieza y propina el primer golpe. Sin embargo, esa ansiedad, ese padecimiento antes de la competencia se ha constituido en su talón de Aquiles, según su entrenador Armijos.
“Esteban tiene todo para ser un gran campeón: la condición física, la rapidez, la técnica. Necesita trabajar más su parte mental, saber que él puede”.
De hecho, antes de su participación en los Odesur, el senséi Luis Valdivieso, entrenador del equipo nacional, ordenó que sus dirigidos recibieran un ‘coaching’ sobre el manejo de sus emociones y, en casos como el de Espinoza, para que se fortalecieran mentalmente.
Sin embargo, en Concentración todos miran con entusiasmo el futuro del deportista de 24 años, que este año competirá en el Mundial de Alemania.
Esteban Espinoza
- Su biografía. Nació en Quito, el 23 de marzo de 1990. Empezó en el club de karate IKA cuando tenía 11 años.
- Sus logros. Es campeón nacional, de forma consecutiva, desde el 2006 hasta la actualidad. Ha logrado un título internacional (torneo del Alba) y ocho subtítulos.