Las urnas son un accesorio cerrado dentro del cual se puede colocar un objeto. Pueden ubicarse en centros de mesa o recibidores. Foto: Armando Prado/ Construir.
Las posibilidades para ambientar un espacio con accesorios no tienen límites, pero si se habla de tendencias, las urnas son una alternativa que da espacio para la libertad a la creatividad.
Se trata de un accesorio cerrado, generalmente de vidrio, combinado con materiales como la madera, el metal o la poliresina, ideal para cualquier estancia.
La libertad que brindan las urnas se debe a que se puede colocar cualquier objeto dentro de ellas. Este será el que marque el estilo, acorde con la decoración general de la casa o estancia en la que se coloque.
Lourdes Vélez, interiorista de L’Etage & Co., indica que la ventaja de las urnas es precisamente la facilidad de adaptarlas. “El uso de la imaginación es esencial. Su transparencia y materiales les dan el toque elegante, pero el objeto que se coloque dentro de ellas puede transformarlas en un recurso rebelde y jovial”.
El estilo también está marcado por la base de la urna. “Cuando el estilo de la casa es clásico se puede optar por urnas con base tallada, ya sea en madera o metal. En cambio, cuando la decoración es moderna se pueden elegir urnas de base plana”.
Martha Rodríguez, decoradora de interiores de El Portal de Grecia, indica que dentro de este accesorio se pueden colocar desde flores hasta libros, relojes, velas o miniaturas de objetos que caractericen el gusto de la familia. El objeto dependerá del tamaño y la personalidad que se le quiera dar a un ambiente.
Con esto coincide Vélez. “Si, por ejemplo, colocamos la urna en una biblioteca o en la casa de un amante de la lectura, podemos poner libros dentro de ella; si es el departamento de una persona joven a la que le gusta la música, se puede poner dentro una guitarra pequeña… El accesorio dice mucho de la persona y, por ende, del estilo general de la casa”.
Los lugares ideales para colocar una urna -indica Rodríguez- son las mesas de centro, los recibidores o las consolas ubicadas en esquinas y corredores. “Del espacio con el que se cuente depende el tamaño de la urna. No hay que saturar los ambientes”.