En Colineal se apuesta por la mezcla del tono de la madera de pino con el blanco, para llegar a la sutileza y la armonía propias de ambientes compuestos por tonos pasteles. Foto: cortesía Colineal.
Cuando se define el estilo de un ambiente, la selección del color juega un papel importante, pues se trata de un elemento principal entre los que se consideran para la decoración.
Una de las tendencias en cuanto a color es la aplicación de tonos pasteles en acabados, mobiliario y en detalles.
Esa preferencia aparece porque en la actualidad se buscan espacios neutros, que transmitan paz y tengan mayor claridad, sobre todo, en departamentos o casas pequeñas. En esos espacios, los tonos pasteles generan una sensación visual de amplitud.
Identificar un tono pastel va mucho más allá de la búsqueda entre la gama del rosa y el azul. Depende del sistema pantone y su código, pero generalmente se trata de tonalidades más delicadas de cada color.
Según los gustos y estilos decorativos, puede elegir entre los clásicos celestes, rosas, beige y grises. Pero, además, como propuestas vanguardistas están los nórdicos, los blancos mezclados con escalas de grises, los ocres, salmón o marfil.
La arquitecta Carolina Zambrano afirma que esa tendencia es parte de los estilos vintage y retro que se usan últimamente en interiorismo.
Antes de implementar esos matices recomienda evitar estancias frías y apagadas. Se las sortea con la mezcla de colores, acentuando los muebles y accesorios con luz.
“Se puede utilizar luz indirecta sobre detalles para resaltar, luz puntual sobre escritorios, veladores o puntos centrales de iluminación directa”.
A pesar de que las tonalidades se pueden aplicar en todos los componentes de un ambiente, Zambrano sugiere que estén en las paredes y los muebles, para que ganen protagonismo.
Como la tendencia decorativa actual plantea el uso de la mayor cantidad de elementos neutros, el interiorista José Antonio Rivas considera que se pueden aprovechar la ropa de cama y los complementos, como alfombras, para aplicar los tonos pasteles.
Rivas recomienda también una propuesta completa para el caso del dormitorio, compuesto bajo la óptica del color sutil. Se trata de una habitación que tiene en dos de las cuatro paredes un gris azulado muy tenue, llegando al blanco.
Los muebles que recomienda para el sitio serían de una mezcla de pino y blanco, las cortinas de blanco puro, las lámparas de un tono beige y la alfombra del mismo color, sobre un piso maderado tipo bambú. A eso le añade la ropa de cama en escala de beige, llegando al blanco puro, y accesorios en distintos colores puros, para que rompan con la escala monocromática.
La arquitecta e interiorista Shanty Vargas, en cambio, aplica esas tonalidades en el mobiliario, logrando la sutileza y la armonía necesarias para disfrutar del espacio.
Ella prefiere innovar a través de cualquier recurso decorativo, en este caso, del color.
Aplica los tonos pasteles, por ejemplo, en las sillas del comedor, porque considera una excelente oportunidad para generar contrastes interesantes y originales.
Para usar esos tonos en los detalles del área social, Vargas sugiere los cojines como protagonistas. Propone un verde sutil, contrastado con cojines de un color diferente.
Según los profesionales, no conviene mezclar los pasteles con colores primarios, como el rojo, o con fuertes como el marrón o negro.
También sugieren evitar el uso de más de tres colores pasteles fríos o cálidos en un mismo espacio interior.