El Palo es un modelo en lana y poliéster de la empresa escandinava Hem (www.hem.com). Fotos: www.bonluxat.com
En cuestión de muebles no hay nada definitivo. Los sofás no escapan a esta sentencia aunque deben combinar varios de los determinantes y condicionantes de diseño que se exigen a este mueble hoy: comodidad, suavidad, ergonomía y sobre todo operatividad.
El sofá actual navega entre dos parámetros: la tradición y la vanguardia más radical.
Para el diseñador de interiores Raúl Guarderas, los sofás no han evolucionado mucho, a pesar de ser piezas vitales en el hábitat humano. “Si revisamos aquellos de finales de los años 50 hasta nuestros días, dentro del movimiento moderno, hay poca evolución”.
El Tudock de Andreas Janson (www.andreasjanson.de)
Siendo los espacios -para una gran cantidad de la población- mas reducidos, los sofás grandes (tripersonales o más grandes) empiezan a ser escasos, explica Guarderas.
El Duplo 183 de Morten Ernst y Anne-Mette Bartholin.
La piel y ciertos factores bifuncionales (sofá-cama – futones) y las estructuras interiores son aspectos que han cambiado. Limpieza, lavado, aspectos antialérgicos y, por supuesto, la textura y apariencia hacen la diferencia.
El Duplo 180 del taller Erik Jørgensen (www.erik-joergensen.com)
El arquitecto y diseñador de objetos Diego Pérez Castro también piensa que todavía prevalecen los estilos minimalistas, pero afirma que han cambiado algunos detalles.
¿Por ejemplo? En Europa, los dos últimos años, estos muebles dieron cabida a las curvas como elementos volumétricos. También se dio paso a los muebles multifuncionales y algunas telas, como la microfibra, pasaron de la ser las de moda al casi anonimato.
A continuación, algunos modelos de la última hornada.
Spine de Fredericia (www.fredericia.com).