Felipe Escudero, en el sofá de la sala de su departamento, ubicado en La Floresta. Allí hay un contraste de color. Fotos: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Un hogar que está hecho de ideas más que de estilo. Así define el arquitecto Felipe Escudero a su vivienda.
Se trata de un departamento ubicado en el sector de La Floresta. Junto a ‘Majo’, como llama Escudero a su pareja, decidieron ambientar su vivienda con mucha luz natural, colores y vegetación.
Pese a esta aclaración inicial respecto de la ausencia de estilo, el interior sugiere comodidad, vida sana y buena disposición de elementos.
Escudero cuenta que el espacio se armó mediante la recolección de objetos que han adquirido durante toda su vida. Esto quiere decir que se encuentran desde muebles y accesorios heredados hasta diseños propios y obsequios.
“Hay desde una ilustración que nos hicieron a ‘Majo’, a Huma (su perrita) y a mí hasta una foto de Huma y objetos que hemos encontrado en los viajes. Tenemos, por ejemplo, un pez espada de Cojimíes. Intentamos mezclar colores en este espacio superclaro”.
La mesa de comedor, en cambio, es un diseño de la joven pareja (‘Majo’ es diseñadora gráfica). En este elemento se inspiraron en unas mesas para niños, para darle a la casa un aire juguetón e informal, comenta el arquitecto.
El sofá principal de la sala es un diseño de ‘Majo’. A este le llamaron Gregorio y es grande y cómodo.
Para la pareja, lo más importante en su departamento es sentirse bien. Por ello, comenta Escudero, eligieron muebles con materiales que no tengan recubrimientos como la madera y el hierro.
Con estos recursos aplicaron algunos contrastes con particulares como el color. Destaca el uso de abundante blanco, combinado con algunos colores fuertes.
Esto se nota, sobre todo, en la sala. Ahí llaman la atención los muebles de diferentes modelos y colores en un mismo ambiente que, no está de más decirlo, no incomodan en lo más mínimo.
Escudero dice que se inclinaron por lo ecléctico (uso de diferentes estilos en un mismo espacio) por razones prácticas. “Algunos muebles son heredados o encontrados. Es como un experimento. Como ir probando cosas que funcionen y que se sientan bien o cosas que se sientan un poco raras y que nos gusten”.
En la pared de la cocina se destacan patrones que aportan con textura.
Para ambos, esto implica que su casa no tenga un estilo definido ni estático, sino que se va transformando con el tiempo, al incorporar nuevos elementos e ideas. Según el arquitecto, esto es lo que diferencia el hogar propio de sus proyectos, por ejemplo.
“Le vamos añadiendo y quitando cosas a la casa más que buscar el estilo perfecto”.
Pese a que no se trate de un estilo en su sentido conceptual, esta vivienda tiene su sello gracias a detalles como las lámparas y otros objetos.
En el caso de las luminarias, estas tienen un tono industrial pero con modificaciones propias de la pareja: papeles puestos en el interior, que interfieren en la intensidad de la luz. Lo hicieron para lograr un efecto mucho más tenue.
Esta es una preferencia del profesional, tanto en su vivienda como en sus proyectos de arquitectura: la luz indirecta y cálida, que da un efecto acogedor, ideal para cualquier sitio.
En el dormitorio no hay nada más que una cama. Esto tiene una intención clara: que se trate de un espacio hecho estrictamente para el descanso y que no haya nada alrededor que lo impida.
Es una casa caracterizada por ideas diferentes y por su simpleza. Pero no por esto se pasan por alto detalles que marcan un estilo propio, por ejemplo, a través de texturas y patrones en las paredes.